MADRID
Europa Press
El Real Madrid se enfrenta mañana al Villarreal en el estadio de La Cerámica en busca de la ilusión que no ha generado el mercado de fichajes y a la espera de que la varita mágica de Florentino Pérez ilumine una temporada que ha comenzado en Chamartín con los mismos síntomas que la anterior.
El primer tropiezo del curso llegó hace siete días, en el Bernabéu, a manos del Real Valladolid y los blancos querrán desquitarse después de haber mostrado su debilidad a las primeras de cambio. Para colmo, esta semana el equipo de Zinédine Zidane también ha perdido a Isco por lesión, que se suma a las ya consabidas ausencias de James, Asensio, Brahim, Hazard y el brasileño Rodrygo.
El técnico francés, por contra, recupera a Luka Modric en el centro del campo, que estará escoltado por el tándem habitual Casemiro-Kroos. Por detrás, y por delante, sin novedades. Bale espera seguir reconquistando al seguidor merengue en el campo donde debutó y marcó, y Benzema quiere no perder su condición de ‘apagafuegos’. El pasado sábado fue quien sacó de la desesperación al conjunto blanco antes de que llegara el 1-1 final.
A su lado también estará Vinícius, que quiere hacer méritos para convencer a Zidane, además de verse beneficiado por la amplia nómina de bajas en un partido que será el último -si todo sale según lo previsto- para Keylor Navas, que ha viajado a tierras castellonenses para sentarse en el banquillo y despedirse de sus compañeros. El portero costarricense firmará este lunes con el Paris Saint-Germain en el intercambio que se realizará con Areola.
La situación no es esperanzadora para un Madrid que continúa buscando el camino del éxito. Sin haber fichado a una referencia goleadora por segunda temporada, tras la marcha de Cristiano Ronaldo, los blancos siguen enfadados con el gol y echan de menos la gran aportación del portugués.
En apenas dos jornadas, el conjunto de Javi Calleja ha encajado seis goles, cuatro en el primer partido ante el Granada, y quiere cortar esa sangría para aliviar el estreno liguero. Con un punto en su casillero, el ‘Submarino Amarillo’ quiere pretende a su público y darse un homenaje que le permita coger algo de aire antes de afrontar el parón por selecciones.
UN ESTADIO DIFÍCIL PARA LOS DE ZIDANE
Por lo demás, Calleja podrá alinear el último once en Liga, con la presencia de los veteranos Cazorla, Raúl Albiol e Iborra, un seguro en este tipo de partidos donde el equipo amarillo se mueve con mucho desparparjo. O al menos eso dice la historia. El Villarreal acumula dos empates consecutivos ante el Real Madrid y sólo ha perdido en su templo en tres ocasiones de las diez últimas visitas.