Por CARLOS RODRÍGUEZ
LIMA
Agencia (AP)
Hace casi una década, Nuria Diosdado vivió la vergüenza de dar positivo en un control antidopaje que le costó perder las seis medallas de oro conseguidas en los Juego Centroamericanos de Mayagüez 2010. Lejos de dejarse caer, la mexicana se propuso limpiar su nombre y enderezar una carrera que ayer llegó a su fin.
…Al menos en los Juegos Panamericanos.
El equipo mexicano de natación artística terminó en el segundo puesto de Lima 2019 para marcar el punto final a la carrera en justas continentales de Diosdado, quien dio positivo por clembuterol, una sustancia que ayuda a los atletas a bajar de peso.
En su momento, Diosdado se defendió alegando que lo hizo sin dolo. Terminó aceptando el castigo, pero se negó a que su destino fuera cortar una carrera bajo la sombra del dopaje.
Se propuso resurgir.
“Yo, como el ave fénix. Ése sido esa ave que muere y renace de las cenizas, en mi caso que resurge luego del doping positivo que casi me cuesta los Juegos Olímpicos de Londres”, dijo Diosdado, quien en la sesión matutina de la natación sincronizada ganó otra medalla de plata.
Su traje en esa primera competición llevaba precisamente un ave fénix.
“Yo soy de esas mujeres que cuando algo se le atora sale adelante, el ave fénix es el símbolo que me representa y traerlo plasmado en el traje fue un amuleto, porque morí para renacer pero con las alas más abiertas y con ganas de volar más alto”, sentenció.
Luego de la ignominia por ese positivo, Diosdado emprendió precisamente esa reconstrucción. En los Centroamericanos de Veracruz 2014 y en los de Barranquilla 2018 conquistó 14 medallas de oro, entre individuales y grupales, mientras que en Panamericanos acumuló dos de plata en Toronto 2015 y dos más en Lima 2019.
Ahora, con su pasaje en mano para Tokio 2020 planea ponerle el punto final a su carrera.