PORTRUSH, Irlanda del Norte
AP
Shane Lowry logró que los 68 años que separaron al Abierto Británico de Irlanda del Norte valieran la espera.
El Claret Jug plateado se quedó en la Isla Esmeralda.
Lowry, el irlandés de 32 años con nervios de acero y el toque suave sobre los greens, soportó el peor clima de la semana y la presión de una multitud que lo apoyó para ganar el Abierto Británico por seis golpes en el Royal Portrush.
Incluso cuando la lluvia se detuvo, las lágrimas comenzaron a fluir.
“No puedo creer que estoy parado aquí”, dijo Lowry mientras acunaba en sus brazos el trofeo más antiguo del golf. “No puedo creer que esto es mío”.
Pero su victoria nunca estuvo realmente en duda.
Firmó una tarjeta de 72 golpes, uno arriba de par, en la primera vez desde 1996 que el ganador estuvo sobre el par de campo en la ronda final, y no fue menos impresionante. Más difícil que la lluvia fue el viento, lo suficientemente fuerte para estropear una sombrilla. Lowry comenzó hacer bogeys a la mitad de la última ronda sin perder terreno. Nadie de los últimos 12 grupos pudo quedar por debajo del par de campo.
Y nadie se acercó a menos de tres golpes en todo el día de Lowry, quien finalizó con 269 impactos, 15 bajo par.
Los miles de aficionados que colmaron las galerías del Atlántico Norte comenzaron a celebrar cuando Lowry, luego del cuarto bogey en siete hoyos, consiguió un birdie de 2.4 metros (ocho pies) en el 15to hoyo para ampliar su ventaja a seis golpes con tres hoyos por jugar.
La sonrisa de Lowry se hizo más amplia con cada hoyo que completaba.
Cuando su tiro de acercamiento al 18vo quedó justo en la periferia, abrió los brazos, abrazando al caddie Bo Martin. La ovación más ruidosa de la semana fue para el golpe con el que hizo el par del hoyo y que convirtió a Lowry en campeón de un major.
“Lo ha hecho brillantemente”, comentó Lee Westwood tras firmar una tarjeta de 73 golpes para empatar en la cuarta posición. “Todos los que perseguidores hubiesen querido condiciones difíciles y evidentemente jugó brillantemente para estar en el score que tuvo, bajo la presión en que estuvo”.
Tommy Fleetwood tuvo que conformarse con su segundo subcampeonato en un major. Falló un putt para birdie desde 3.04 metros (10 pies) en el primer hoyo que hubiera cortado la distancia a dos golpes, y también erró un tiro a metro y medio de distancia para par en el tercer hoyo. Sus esperanzas se esfumaron con un doble bogey desde el búnker y el rough, y concluyó con 74 impactos.
Tony Finau tiró 71 para acabar en el tercer puesto en solitario, aunque nunca estuvo a menos de siete golpes de Lowry. Brooks Koepka, en busca de su cuarto major en los últimos siete, inició la ronda final siete golpes detrás del líder y empezó con cuatro bogeys consecutivos. Entregó una tarjeta de 74 para empatar en la cuarta posición.