Andy Ruiz Jr. sostiene los cuatro títulos que ganó al destronar al monarca mundial indiscutido de los pesos pesados Anthony Joshua en Nueva York. Foto la hora: Frank Franklin II/Ap.

Por CARLOS RODRÍGUEZ
CIUDAD DE MÉXICO
Agencia (AP)

Hace apenas un año, Andy Ruiz contempló retirarse de los cuadriláteros. Ayer, días después de dar una de las mayores campanadas en la historia de boxeo, el púgil se reunió con el presidente de México, y habló de sus planes para enfrentar a Deontay Wilder en busca del único cetro que le falta en la máxima categoría de este deporte.

El ajetreo de una jornada que incluyó la visita al Palacio Nacional, así como múltiples declaraciones a la prensa, dejó claro el estatus de estrella que ha adquirido Ruiz tras su triunfo del 1 de junio, cuando derrotó por nocaut a Anthony Joshua y se convirtió en el primer boxeador mexicano o de ascendencia mexicana en reinar dentro de la división de los pesados.

Mediante un video en su cuenta oficial de Twitter, el mandatario mexicano mostró la conversación que sostuvo en la residencia presidencial con Andy Ruiz y el padre homónimo del boxeador. Orgulloso, el flamante monarca de los pesados le mostró a López Obrador los cuatro cinturones que conquistó en la mágica noche del Madison Square Garden en Nueva York, y le obsequió un par de guantes dorados de boxeo.

A cambio, López Obrador le regaló a Ruiz un billete de 500 pesos, que lleva la fecha del 1 de julio de 2018, en que el político mexicano de izquierda ganó las elecciones en su tercer intento, y que tiene en el número de serie las siglas “AR”.

“Andy Ruiz”, dijo emocionado el boxeador, quien difícilmente vislumbraba homenajes a estas alturas del año pasado. Relató que bajo la influencia de las malas amistades perdió la condición física, quedó al borde de la ruina económica y estuvo cerca de dejar el deporte.

«En un momento perdí todo por los malos pasos que di, pero gracias a Dios cambió todo y le puse más ganas y me dio más hambre porque no quería vivir en las calles y me tenía que poner las pilas y lograr mis sueños», expresó Ruiz en la conferencia de prensa. «Se siente bien suave (estupendo) por todo el sacrificio que hicimos, el sudor y las lágrimas, es un honor, algo que no puedo explicar mucho, pero soy el primer campeón de peso completo mexicano».

Ruiz, de 29 años, nació en Estados Unidos, pero sus dos padres y sus dos abuelos son originarios de la ciudad noroccidental de Mexicali, y él siempre se ha considerado un mexicano más. Quiso representar a México en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 pero no logró su pase.

Y en la pelea ante Joshua, tuvo una exigencia especial.

“Ahora me estaba comentando su papá que pusieron como condición antes de la pelea de que se cantara nuestro himno, el Himno Nacional, el himno mexicano. No querían, los organizadores de la pelea, pero lo pusieron como condición, que si no, no salían a boxear”, relató AMLO. «Es un todo un personaje que viene de abajo, es producto del esfuerzo, del sacrificio y de la lucha como la de muchos mexicanos. Demuestra lo que vale la perseverancia, la terquedad porque lo puedan tumbar a uno y se vuelve a levantar hasta que se triunfa».

En la pelea ante Joshua, a Ruiz efectivamente lo tumbaron. El británico parecía hacer válida su condición de amplio favorito en el tercer round, cuando mandó a la lona al regordete mexicano, quien se recuperó y luego derribó cuatro veces más al estadounidense antes de que se parara la contienda.

«Me levanté porque soy un guerrero como todos los mexicanos, no fue fácil pero tenía que hacer lo imposible porque me decían que no iba a poder porque estoy gordito y como mucho, pero la verdad le dije a Dios que me ayudara y conseguí mis sueños», dijo Ruiz.

Al vencer a Joshua, Ruiz se adjudicó los cetros de la Organización Mundial, la Federación Internacional, la Asociación Mundial y la Organización Internacional de Boxeo. Le falta el cinturón del Consejo Mundial de Boxeo, que posee Wilder, invicto en 42 combates.

«Me gustaría con Wilder, está bien grande y todos le tienen miedo porque pega duro, pero yo también pego duro y va a ser buena si la hacemos el otro año», agregó.

Antes, le esperaría la revancha ante Joshua en diciembre.

Así, Ruiz tiene la misión de demostrar que su coronación no fue fruto de una sola noche inspirada, sino de virtudes que pueden redituarle un largo reinado en una división en que prácticamente ningún mexicano había brillado, a diferencia de los numerosos éxitos que los boxeadores del país han obtenido en otros pesos.

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