Por JOSEPH WILSON
BARCELONA
Agencia (AP)
Ante un rival que lucía como el más duro que hubiera enfrentado en la campaña, el Barcelona recurrió de nuevo a Lionel Messi. Y con la espectacularidad habitual, el astro argentino dejó a su equipo prácticamente instalado en la final de la Liga de Campeones.
Determinante y letal, Messi alcanzó la barrera de los 600 goles con el Barça, al anotar dos veces ayer para cargar al club catalán a una victoria 3-0 ante Liverpool en el partido de ida de su semifinal del máximo certamen europeo.
Luis Suárez abrió la cuenta contra su club anterior a los 26 minutos. Pero Liverpool desperdició un puñado de inmejorables ocasiones para nivelar durante un tramo al comienzo del segundo tiempo en el que dominó con autoridad.
Luego llegó el turno de Messi para asfixiar el ímpetu de una remontada por parte de los visitantes ingleses.
El astro argentino se encargó de aumentar la ventaja al aprovechar un rebote a 15 minutos del final y luego definió magistralmente de tiro libre clavando el balón al ángulo para su tanto 600 con la camiseta del Barça.
«Entró espectacular, la busqué y tuve la suerte de que entrara por ahí», señaló Messi.
Barcelona quedó así a las puertas de lo que sería su primera final de la “Champions” en cuatro temporadas. Messi ha conquistado cuatro veces el certamen, pero mostró una evidente ambición por restituirle al Barça la condición del mejor equipo del continente.
Y prácticamente en solitario ayudó a que el conjunto catalán terminara aplastando en un encuentro que por momentos lució sumamente complicado, ante el furioso intento de los Reds por igualar.
Liverpool se floreó durante largos pasajes del encuentro pero no supo jalar el gatillo cuando tuvo a los anfitriones contra las cuerdas, especialmente tras el descanso. Mohamed Salah rozó un valioso gol de visitante para Liverpool cerca del final cuando estrelló un remate en el poste.
“Entramos un poquito en el juego de ellos, en lo que están acostumbrados a hacer”, comentó Messi. “Es un juego con mucho ritmo, muy físico, de jugar una contra tras otra. No estamos acostumbrados, estamos más acostumbrados a tener la pelota y hacer correr al rival, por eso nos costó un poquito. Estaba un poquito asfixiado. Era lo que exigía este partido y había que sacarlo como fuera”.
Dirigido por Ernesto Valverde, el Barcelona intenta repetir el triplete de títulos que logró en 2009 con Pep Guardiola y en 2015 bajo Luis Enrique. Sentenció el título de la Liga de España el pasado fin de semana y enfrentará al Valencia en la final de la Copa del Rey el 25 de mayo.
Liverpool intenta repetir en la final de la Champions tras perder 3-1 ante el Real Madrid en la edición del año pasado.
El duelo de vuelta se jugará en Anfield el próximo martes.
“Sabemos que no está definido porque vamos a una cancha difícil, con mucha historia, que aprieta mucho, pero estamos contentos con el partidazo que hicimos hoy, dijo Messi, cuyo doblete le permitió también llegar a 48 tantos en la campaña dentro de las distintas competiciones
En la presente edición de la Liga de Campeones, el rosarino acumula 12 dianas.
Valverde buscó también atemperar el entusiasmo de su equipo tras el holgado triunfo. Recordó que el Barcelona dilapidó el año pasado una delantera de 4-1 ante la Roma y cayó por 3-0 en la vuelta para quedar fuera en los cuartos de final.
De cualquier modo, la derrota por tres goles de diferencia fue un castigo amargo y quizá demasiado severo para los dirigidos por Jurgen Klopp.
En la otra semifinal, Ajax se impuso el martes 1-0 en su visita al Tottenham.