Por HOWARD FENDRICH
MIAMI GARDENS, Florida, EE. UU.
Agencia (AP)
Roger Federer ha ganado un trofeo hasta ahora en 2019, lo cual le coloca en un empate por el liderato de la ATP con otros 18 tenistas.
Ese mismo tipo de paridad sin precedentes está ocurriendo en la WTA, con 13 campeonas diferentes en 13 torneos.
Jamás una temporada de tenis en 50 años de la era abierta inició de esta manera para hombres o mujeres, y mucho menos para ambos. Mientras la gira se desplaza al Abierto de Miami esta semana y la próxima, hay mucha competencia y poca supremacía, algo que Federer encuentra intrigante.
Eso nunca fue más evidente que el fin de semana pasado en Indian Wells.
Dominic Thiem, el austríaco de 25 años sin título de Grand Slam, ganó la final a Federer, otrora primero del ranking y con 20 majors, que tiene 37 años. Incluso más sorprendente fue que Bianca Andreescu, una canadiense que ingresó en el certamen con un wild-card y que jamás estuvo clasificada entre las 100 mejores hasta enero, triunfó en la final de mujeres contra Angelique Kerber, antigua número uno con tres majors y quien tiene 31 años.
La japonesa ganó los últimos dos torneos de Grand Slam; el Abierto de Australia fue su único campeonato de su temporada. Novak Djokovic ganó los últimos tres majors, pero también sólo pudo levantar un trofeo este año, en Melbourne.
¿Quién no ha dado un discurso de campeona en 2019? Serena Williams, cuyo último título llegó mientras estaba embarazada en el Abierto de Australia de 2017.
La superioridad que Williams, Federer, Djokovic o Rafael Nadal sostuvieron por largas etapas en el pasado no ha sido mejorada por ninguno.
“Todos pueden creer que hay más oportunidad para todos”, opinó Simona Halep, la campeona defensora del Abierto de Francia. “Y el hecho de que los torneos estén abiertos lo hace más interesante, también para los aficionados”.
Entonces bromeó: “Y también para nosotros. No es como antes, (con) Serena ganando todo”.