Por DOUG FERGUSON
CIUDAD DE MÉXICO
Agencia (AP)

Admiradores jóvenes y viejos se aglomeraron en los dos costados de una zona arbolada. Unos llevaban gorras para que se las autografiaran, y otros portaban teléfonos celulares para capturar el momento inolvidable en una foto.

Todos gritaban una palabra que no necesitaba traducción al inglés.

«¡Tiger!»

Tiger Woods eventualmente pasó por allí camino al campo en el Club de Golf Chapultepec y los gritos sonaron más fuerte.

Woods está acostumbrado a recepciones como esta dondequiera que vaya, especialmente desde que regresó de lleno al golf el año pasado y terminó la temporada con un triunfo, el número 80 de su carrera. Si va a un lugar nuevo, como Bellerive para el Campeonato de la PGA o Innisbrook para el Valspar Championship, el lugar puede parecer un concierto de rock.

Este World Golf Championship brinda algo novedoso. Es su primer torneo en México.

«Estoy seguro de que habrá mucha energía, la gente estará emocionada», dijo Woods el miércoles. «Creo que ayer fue un día cerrado al público, pero hubo mucha gente afuera, muchos miembros y muchos niños que por alguna razón no fueron a la escuela. Estoy seguro de que será igual el resto de la semana, y será muy divertido para todos nosotros».

Ciertamente puede ser todo un acontecimiento para Abraham Ancer, quien jugará las primeras dos rondas junto a Woods y Bryson DeChambeau.

El jugador mexicano con el mejor puesto en el escalafón mundial será uno de los 72 participantes. Ancer, quien creció al sur de la frontera de Texas, en Reynosa, jugó el año pasado en el puesto mundial número 260. Ahora él está en el 61, sabiendo que tiene una oportunidad, así sea remota, de irrumpir entre los mejores 50 del mundo y lograr así un puesto en el Masters.

Ancer dijo que idolatraba a Woods y que jugar con él «será algo inolvidable».

Si se para muy cerca de DeChambeau, eso también podría ser inolvidable.

La Ciudad de México está a unos 7,800 pies (2,377 metros) sobre el nivel del mar, aunque eso depende de la definición de altitud, porque DeChambeau dijo que quedaba a unos 9,000 pies (2,743 metros).

¿Entonces está mal 7,800 pies?

«Quizás», dijo DeChambeau con una sonrisita. «Es más que solo la altitud. Podría haber un sistema de presión de aire que es como de nivel de mar que viene por aquí y efectivamente lo cambia. A eso es a lo que me refiero».

DeChambeau dijo también que la pelota girará más lento con menos resistencia de aire. De todos modos, todos verán que las pelotas viajarán grandes distancias esta semana.

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