ATLANTA
AP

Jared Goff y la electrizante ofensiva de los Rams de Los Ángeles se quedaron sin corriente en el Super Bowl.

La magra actuación de Goff — 19 pases completos en 38 envíos para 229 yardas con una intercepción en el último cuarto que esencialmente dejó liquidado el partido — incidió enormemente en la derrota 13-3 que los Rams sufrieron ante los Patriots de Nueva Inglaterra anoche.

Recibió un abrazo de consuelo por parte de su entrenador Sean McVay en los minutos finales al agonizar la temporada de los Rams. Todo terminó con un rendimiento muy lejos de lo visto en las últimas dos temporadas. El Super Bowl fue el partido con la producción de puntos más baja de los Rams en los 36 partidos bajo la batuta de su coach en jefe de 33 años, y por lejos el más feo.

Un fanático que no vio a los Rams estos últimos dos años se hubiera rascado la cabeza preguntándose cómo fue que habían desembarcado en el Super Bowl tras ofrecer una imagen timorata.

Si bien Goff no fue el único culpable, el quarterback de 24 años se va con una de las actuaciones más decepcionantes en la historia del Super Bowl.

La habilidad de Goff para aplicar las nuevas ideas ofensivas de McVay y audaces decisiones llevaron a los Rams (15-4) a su primer Super Bowl en 17 años. Sus puntos altos fueron brillantes, pero sus puntos bajos fueron descorazonadores — y aquí le fue rematadamente mal.

Los Rams han liderado la NFL en puntos por partido las últimas dos temporadas, pero acabaron como apenas el segundo equipo en la historia de la liga que no pudo anotar un touchdown en el Super Bowl.

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