Madrid/Tallin
DPA
El Real Madrid disputa el miércoles frente a su vecino Atlético de Madrid mucho más que la Supercopa de Europa: será el primer desafío oficial del equipo blanco en su nueva era tras perder a su estrella y goleador Cristiano Ronaldo y al entrenador con el que conquistó las tres últimas Copas de Europa, Zinedine Zidane.
El partido que se jugará en Tallin, capital de Estonia, es el primer reto que afronta el equipo ahora dirigido por el español Julen Lopetegui, que debe empezar a mostrar cómo se las van a ingeniar ahora los blancos sin los espectaculares promedios que cada temporada registraba Cristiano. El portugués anotó 450 goles en sus nueve años en el Real Madrid, promediando 50 dianas cada temporada.
Según declaró el propio técnico en una de sus primeras comparecencias en el cargo, dicho reto es «apasionante» para él.
Ante la ausencia de refuerzos estelares que tapen el hueco que dejó Cristiano en su marcha a la Juventus de Turín, son algunos de los grandes jugadores que ya estaban los que deben dar un paso al frente. Por el rendimiento de los amistosos de la pretemporada, Gareth Bale y Marco Asensio parecen los más dispuestos. También deberá incrementar su cuota goleadora el francés Karim Benzema.
En la centenaria historia del Real Madrid ya hubo otros momentos de salidas de grandes jugadores e ídolos y cambios generacionales que los madridistas tuvieron que afrontar. Sin embargo, las marchas de sus dos últimos grandes referentes, Raúl González e Iker Casillas, tuvieron un efecto menos doloroso al coincidir en el tiempo con la era de Cristiano, que como el primero de ellos llegó a escalar a lo más alto de la tabla de goleadores históricos del club.
Los blancos acostumbraban a paliar las salidas con fichajes. Más o menos ilusionantes, pero que cumplían un efecto inmediato.
Fue la política a partir de la decadencia del equipo de los «Galácticos» de principios de siglo, que en unos años hizo pasar de nombres como Zidane, Roberto Carlos, Luis Figo o David Beckham a otros, como los Fabio Cannavaro, Arjen Robben, Gonzalo Higuaín o Wesley Sneijder.
Muchos más problemas de estabilidad hubo tras el fin de la «Quinta del Buitre» a finales de la década de los años 80 y principios de los 90. Tras la dorada generación que lideró Emilio Butragueño se profundizó la maldición del equipo blanco con la Copa de Europa, que llegó a extenderse por 32 años.
Por ello, la referencia a seguir actualmente por el Real Madrid tal vez tenga más que ver con lo sucedido en la primera época dorada del club.
Bajo el liderazgo de otro mito goleador como Alfredo Di Stéfano, el Real Madrid conquistó cinco veces consecutivas la máxima competición continental entre 1955 y 1960, recién creada.
Cuando la estrella hispanoargentina dejó el equipo en 1964, ya en decadencia junto a otros referentes como Ferenc Puskas o José Emilio Santamaría, el Real Madrid debió recomponerse con otros jugadores más jóvenes junto a algunos veteranos del grupo anterior, como Paco Gento.
Así, los Amancio, Pirri, Gento o Grosso formaron lo que se denominó, por una canción de los Beatles, el Real Madrid «Yé-yé», que volvió a ser campeón continental en 1966, entonces la sexta Copa de Europa del club blanco.
Con la decimotercera recién conquistada tras una magnífica racha de tres Champions League seguidas y cuatro en los últimos cinco años con Cristiano Ronaldo como líder, ahora es el momento para que Isco Alarcón, Luka Modric, Marcelo, Toni Kroos, Bale, Asensio y compañía pueden alargar su segunda época dorada sin los goles del portugués. El primer paso será este miércoles en Estonia.