Madrid
DPA

Jeques y Premier League vuelven a imponer su ley en el mercado de fichajes del fútbol europeo y algunos de los clubes más poderosos del continente tropiezan con la terrible inflación provocada por los «petrodólares» y el contrato de televisión inglés.

Dinosaurios como Real Madrid, Barcelona o Bayern Múnich se estrellan con el muro infranqueable del dinero en su intento por reforzarse. Antes, y no hace tanto, mandaban en el mercado. Pero ya no.

El Paris Saint-Germain es infranqueable, por ejemplo. Si hace un año le quitó al Barcelona a una estrella como Neymar por 222 millones de euros (260 millones de dólares) y se llevó a Kylian Mbappé por 180, su exhibición de músculo de esta pretemporada fue asegurarse la presencia de ambos.

Primero fue Mbappé y en la noche del jueves le llegó a Neymar el turno de aclarar que su futuro inmediato pasa por París. «Continúo, tengo contrato con el París Saint-Germain», dijo.

Si en algún momento alguno de estos dos jugadores fue una aspiración del Real Madrid, el club blanco ya sabe que hoy es un imposible.

No sólo eso, sino que el Barcelona viajó a la capital francesa para intentar conseguir al centrocampista Adrien Rabiot (que no jugó el Mundial por decisión del seleccionador francés) y de momento se encontró con la negativa del PSG. El año pasado le pasó lo mismo con Marco Verratti. El jeque Nasser Al-Khelaifi no pone las cosas nada fáciles.

Mientras, el Liverpool acaba de lograr un récord con la contratación de Allisson al pagar a la Roma 70 millones de euros, la cifra más alta jamás invertida en un arquero.

Son detalles que explican la imposibilidad de pelear en igualdad de fuerzas para clubes europeos que no hacen mucho dictaban el paso en el mercado de fichajes.

«Debemos adaptarnos a la nueva realidad del fútbol», reconoció hoy el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, en la presentación del joven futbolista brasileño Vinicius.

Para el campeón de Europa, esa «nueva realidad del fútbol» pasa, por ejemplo, por pagar 45 millones de euros por un jugador de 18 años que de momento sólo es una promesa. Caso de Vinicius.

Grandes clubes se sitúan ahora ante la necesidad de encontrar soluciones imaginativas o de pagar por un futbolista con futuro lo mismo que hace no mucho invertía en un futbolista consolidado.

Otro ejemplo está en los 30 millones de euros y nueve en variables que el Barcelona pagó por el joven centrocampista Arthur, un futbolista que todavía no debutó con la selección brasileña.

«Los desafíos son grandes, pero una de las claves es apostar fuertemente por el talento de los jóvenes», precisó Florentino Pérez.

El centro de operaciones también ha cambiado para muchos clubes europeos, que ven como algo inasumible lo que sucede en Inglaterra con los fichajes.

Si recientemente el Real Madrid traspasó a Cristiano Ronaldo a la Juventus, el diario «Marca» afirmó hoy que el club blanco pretende al delantero argentino Mauricio Icardi, de 25 años, por el que podría llegar a pagar más de 100 millones de euros al Inter de Milán.

Mientras, el Bayern Múnich está adoptando un perfil bajo y a pesar de que sus hinchas piden a sus dirigentes una profunda renovación se habla más de las posibles salidas que de los fichajes. Futbolistas como Thiago Alcántara o Arturo Vidal parecen estar en la rampa de salida.

Son los nuevos tiempos, un fútbol lleno de inflación en el que ya cualquier futbolista notable no vale menos de 70 millones de euros. Clubes como Real Madrid, Barcelona o Bayern Múnich ya no mandan en el mercado de fichajes.

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