Moscú
DPA
Una final inédita para un Mundial atípico. Francia y Croacia definirán mañana el título de Rusia 2018 en un partido que no ofrece medias tintas: segunda estrella en 20 años para «Les Bleus» o coronación del cuento de hadas de los balcánicos.
El estadio Luzhniki de Moscú albergará este domingo el encuentro que el mundo del fútbol aguarda durante cuatro años. Millones de personas en todo el planeta y 78 mil 011 espectadores en el recinto que custodia la estatua de Lenin seguirán durante 90 o 120 minutos el partido que definirá a la sucesora de Alemania en el trono.
El campeón será un equipo europeo por cuarto Mundial consecutivo, aunque frente a frente habrá dos rivales de características diferentes. De un lado, la pragmática Francia, un equipo tan lleno de talento como poco vistoso. Del otro, la hambrienta Croacia, un seleccionado que buscará sobreponerse al cansancio de tres prórrogas consecutivas para alcanzar la gloria en su primera final.
Será también un partido que podría valer un Balón de Oro para jugadores como el croata Luka Modric o los franceses Antoine Griezmann o Kylian Mbappé. Y que podría colocar a Didier Deschamps, el técnico galo, a la altura de mitos como el brasileño Mario Zagallo y el alemán Franz Beckenbauer, los únicos que pudieron levantar el trofeo más preciado del fútbol como jugador y entrenador.
Por historia y actualidad, Francia parte como favorita en el duelo del domingo. El equipo «bleu» jugará su tercera final de un Mundial en 20 años después de haber ganado su primer título en 1998 ante Brasil, con el propio Deschamps como capitán, y de haber caído en la final de 2006 ante Italia. Para los de Deschamps será también una revancha de la final de la Eurocopa que perdieron hace dos años ante Portugal jugando en casa.
«Esta historia es diferente, no se puede comparar. Estamos aquí para escribir una nueva página en la historia», dijo no obstante Deschamps, algo cansado ya de las comparaciones con 1998.
Croacia, una joven nación de 27 años marcada por la guerra en los Balcanes, se encuentra por primera vez ante un partido de semejante magnitud. Su mejor generación hasta que llegaron Modric y compañía, la comandada en 1998 por Davor Suker, chocó precisamente ante Francia en las semifinales de aquel Mundial.
Croacia nunca pudo vencer a Francia en cinco enfrentamientos, pero los Modric, Ivan Rakitic y Mario Mandzukic están dispuestos a escribir una nueva historia. De ganar los balcánicos, sumarían su nombre a una lista de campeones que apenas cuenta con ocho naciones.
Su primer obstáculo no será Francia, sino el cansancio. Los dirigidos por Zlatko Dalic llegan a la final con 99 minutos más en las piernas que los franceses, el equivalente a poco más de un partido. Las estadísticas indican además que corrieron 116 kilómetros más en lo que va del torneo. Pero los croatas están exhibiendo una notable resistencia y un espíritu incansable de lucha, tal vez ligado a sus propias raíces.
«Es el momento más grande de la vida de todos nosotros. Más allá de las Champions y todo, este es el partido más grande. Estamos listos para dar todo lo que tenemos», dijo hoy Dalic, un entrenador que en un año logró llevar a Croacia desde una turbulenta fase de clasificación europea hasta la final del mundo.
Croacia está hipermotivada, pero también es consciente de que no tiene nada que perder. «Estamos aquí para disfrutar de la final, quiero enviar ese mensaje», señaló su entrenador. «Queremos que todo el mundo vea a Croacia jugar. Cualquier cosa que suceda estaremos felices y orgullosos».
En la misma línea se expresó hoy Modric. «No tenemos que cambiar nada. Lo que tenemos que hacer es estar relajados y prepararnos igual que para los otros partidos. No hay que hacer nada especial, sino continuar con las rutinas que nos funcionaron».
Pese a contar con apenas tres días enteros de recuperación desde la victoria ante Inglaterra en la prórroga, Dalic podría repetir su once habitual conformado por Danijel Subasic; Sime Vrsaljko, Dejan Lovren, Domagoj Vida, Ivan Strinic; Rakitic, Marcelo Brozovic; Ante Rebic, Modric, Ivan Perisic; y Mandzukic.
En el caso francés, el asunto está aún más claro. Hugo Lloris ocupará el arco, con una línea de cuatro conformada por Benjamin Pavard, Raphael Varane, Samuel Umtiti y Lucas Hernandez; Paul Pogba, Ngolo Kante en el medio; Kylian Mbappe, Antoine Griezmann y Blaise Matuidi más adelantados; y Olivier Giroud en la punta.
El conjunto de Deschamps llega a la final después de haber superado con autoridad, y sin necesidad de prórrogas, el sector más duro del cuadro. Batió sucesivamente 4-3 a Argentina, 2-0 a Uruguay y 1-0 a Bélgica exhibiendo un fútbol muy efectivo, aunque también criticado por su poca generosidad con el espectáculo. Y no es que le falte calidad con nombres como los de Mbappé, Griezmann o Pogba.
Mbappé, la joya de 19 años que está llamada a suceder a Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, tendrá la posibilidad de poner mañana la primera piedra de su imperio, aunque también Griezmann o Modric irán en busca de un título que los convierta en jugadores de época.
Las finales, sin embargo, muchas veces reservan la gloria a personajes inesperados, como puede acreditar el alemán Mario Götze con su gol del título en Brasil 2014. Y en un Mundial tan imprevisible como el de Rusia, convendría no descartar ninguna posibilidad antes del partido más importante.
DATOS
* Esta será la tercera final de Copa del Mundo para Francia, tras ganar en 1998 y perder en el 2006 por penales.
* Croacia disputará por primera vez una Copa del Mundo, por lo que es la 13ª selección en lograrlo.
* Las últimas tres finales de Copa de Mundo se fueron a tiempos extras; la última que no llegó a esa instancia fue la del 2002.
* Las últimas dos selecciones que jugaron una final de Copa del Mundo por primera vez (Francia en 1998 y España en 2010) ganaron el certamen.