Kaliningrado
DPA

El primer puesto del grupo está en juego, pero como Inglaterra y Bélgica están ya clasificadas para octavos de final del Mundial de Rusia el partido de mañana en Kaliningrado es una buena oportunidad para reservar algunos futbolistas y experimentar con otros.

«Vamos a tener que pensar sobre el equipo que alinearemos», dijo el seleccionador inglés, Gareth Southgate. «Es una oportunidad también para jugadores que necesitan un partido porque hace un tiempo que no juegan».

«No obstante, también queremos seguir ganando partidos, así que es una decisión interesante», agregó.

El seleccionador de Bélgica, el español Roberto Martínez, ve la situación de forma similar.

«La idea es mirar cada caso de forma individual. En un torneo como este se aprende a hacer esto muy rápidamente. Tenemos algunos jugadores tocados, así que será una oportunidad para refrescar el equipo».

Ambas selecciones llegan al partido tras una actuación impresionante en el Grupo G. En la segunda jornada, Bélgica goleó 5-2 a Túnez y Panamá aplastó 6-1 a Panamá, lo que deja a los dos igualados con seis puntos y una diferencia de goles de 8-2.

Un empate, por tanto, llevará la definición del grupo a los puntos por «Fair Play», donde las tarjetas descuentan.

Así pues, es muy probable que las principales estrellas de ambos conjuntos se tomen el día libre, aunque Southgate admite que en el caso de Harry Kane se le plantea un dilema.

«Ha adelantado a nombres de mucho, mucho peso en el fútbol inglés en términos de goles en Mundiales», dijo. «Eso debería hacerle sentir orgulloso, pero también sabe que el equipo es lo más importante».

La decisión de Martínez sobre Romelu Lukaku es aún más sencilla: el delantero belga se lesionó el tobillo ante Túnez, así que no estará con seguridad en el equipo titular.

El escáner realizado el lunes no muestra grandes daños, pero el técnico fue claro: «Necesita más tiempo».

Tampoco se espera que jueguen Kevin De Bruyne y Jan Vertonghen, ambos amenazados con tarjetas amarillas, ni al genial Eden Hazard, con molestias en el gemelo.

Martínez no descartó siquiera cambiar al once entero. «Es una posibilidad. Creo que todos deberían tener una oportunidad de jugar un partido. Nadie tiene el puesto garantizado para este partido», advirtió.

De hecho, si se mira al cuadro, puede que hasta una derrota no sea un mal negocio para Bélgica.

Medirse con Colombia, Senegal o Japón en octavos de final no parece hacer mucha diferencia, pero ser segundo tiene, además de ir por el lado más sencillo del cuadro, otras dos ventajas: un día más de descanso hasta el próximo partido y mejores desplazamientos.

Si Bélgica fuera primera, tendría que jugar hasta una posible final en Rostov, Kazán y San Petersburgo, mientras que siendo segunda lo haría en Moscú, Samara y de nuevo Moscú. No es difícil adivinar qué ruta prefieren los «Diablos Rojos» con su concentración a las puertas de la capital rusa.

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