San Petersburgo
DPA
Más que un cuento de hadas, una pesadilla: si el seleccionado de Costa Rica había sido la «Cenicienta» del Mundial de 2014, su historia en Rusia 2018 se pareció más bien a un mal sueño.
Llegó al Mundial con uno de los mejores arqueros del mundo, Keylor Navas, levantando por tercera vez consecutiva la Liga de Campeones. Pero solo tuvo las manos mágicas del portero y, con un partido por jugarse, ya está eliminada de Rusia tras caer por 2-0 ante Brasil.
Sin goles ni puntos en dos partidos, en el campo Costa Rica dejó muchas incógnitas. Tras la derrota, en la zona mixta del San Petersburgo Arena, hubo una sola certeza: los cuartos de final de Brasil 2014 son sólo un recuerdo.
La versión 2018 de Costa Rica fue previsible y mezquina. Mantuvo siempre su línea de cinco defensas y apostó a una única referencia ofensiva: Marco Ureña. El entrenador Oscar Ramírez no cambió ni cuando el resultado lo demandaba (0-1 ante Serbia), pero sus jugadores respaldaron públicamente su estrategia.
«Hicimos 90 minutos muy buenos, Brasil estaba desesperado. Para meterle un gol a Keylor tiene que ser una muy buena opción», dijo el capitán, Bryan Ruiz.
«Es una táctica válida la de esperar. Nos vamos mal, pero no hay de qué sentirse triste», comentó a dpa el volante Celso Borges en la zona mixta.
¿Se puede ver como un fracaso para Costa Rica? De acuerdo a los jugadores y el cuerpo técnico, de ninguna manera. Lo contrario: en los pasillos del coloso de San Petersburgo, el semblante de los jugadores ticos tenía lamento, sí, pero también orgullo por haber dejado todo.
«Nos vamos con la frente en alto», fue el mensaje unificado del plantel «tico» tras la derrota ante la selección pentacampeona y antes del cierre ante Suiza, el próximo miércoles.
«Nos vamos con la cabeza en alto. Es difícil para nosotros, hicimos un gran esfuerzo, luchamos todo el partido, y al final el fútbol es así», dijo Navas, que contuvo a Neymar y compañía hasta el tiempo de descuento.
«No vamos a llamar decepción, no estamos contentos pero nos vamos con la cabeza en alto», añadió Ruiz, que llegó al Mundial con una merma física y sin continuidad en el Sporting de Lisboa.
Lo mismo ocurrió con otros compañeros, que en los meses previos al Mundial de Rusia perdieron su titularidad, inclusive en la MLS estadounidense.
«Por supuesto que es un factor que influye, uno espera que el jugador llegue con ritmo y nivel competitivo alto», analizó a dpa el asistente técnico, Luis Marín.
El desafío en Rusia era de por sí mayúsculo: tuvo un Grupo E muy difícil, pero tenía el recuerdo de Brasil 2014, en el que se clasificó primera con tres ex campeones (Italia, Inglaterra y Uruguay). Finalmente, fue solo eso: una historia pasada, un recuerdo.
Este ciclo mundialista tuvo un nuevo entrenador, algunas caras frescas y ex mundialistas que no llegaron a Rusia en su mejor momento. Salvo Navas, que fue el único «tico» que estuvo a la altura de un Mundial. Inclusive él quedó por momentos en el ojo de la tormenta por algunos rumores de divisiones en el plantel, que el propio portero salió a desmentir un día ante del choque contra Brasil.
«Lo del 2014 no es irrepetible, pero sí es difícil. Esta es la culminación de un proceso muy largo que se ha llevado con un mismo entrenador. A veces sale bien y a veces no se consiguen resultados», opinó Borges.
Según Giancarlo González, otro pilar de Costa Rica, la única diferencia estuvo en la efectividad. «En 2014 nos defendíamos igual, con el mismo 5-4-1, pero cuando teníamos opciones las concretábamos», explicó a dpa.