Kazán/Krasnodar
DPA

La selección española de fútbol se medirá mañana a Irán en el estadio Kazán, en la segunda jornada del Mundial, un choque que le llega entre la necesidad de sumar su primer triunfo y la ilusión de sostener las buenas sensaciones ofrecidas en su debut.

En juego está el liderato del Grupo B, que actualmente lo ostenta la sorprendente selección asiática después de su triunfo por 1-0 ante Marruecos, gracias a un gol en propia puerta en el descuento. España está obligada a ganar porque cualquier otra cosa sería entrar en regresión.

El debut ante Portugal tuvo sensaciones contrapuestas para los españoles. El empate 3-3 fue un resultado que no aclara demasiado su futuro inmediato en el Mundial y, al tiempo, un oasis después de ver cómo se produjo.

A ese encuentro, España llegó con seleccionador nuevo tras el despido de Julen Lopetegui e inmersa en un mar de dudas. Los futbolistas ofrecieron la respuesta adecuada con carácter y fútbol, y sólo cedieron ante un impresionante «hat-trick» de Cristiano Ronaldo.

España se rearmó moralmente y también mostró que su fútbol permanece intacto, pero en Kazán tendrá a un rival al que nadie regaló estar en el Mundial. Uno de esos enemigos que tan poco le gusta por su propuesta defensiva. Ningún futbolista español oculta que la clave estará en marcar pronto un gol que relaje las pulsaciones, y más viendo todas las sorpresas que se están dando en el Mundial.

El seleccionador español, Fernando Hierro, podrá contar con el lateral Dani Carvajal, ya recuperado de su lesión muscular. Le vendrá bien por su perfil ofensivo. La incorporación de Thiago Alcántara en lugar de Koke también podría ser una opción en un medio campo en el que Isco y Andrés Iniesta parecen estar llamados a llevar el mando del encuentro.

Lo que no admite debate es quién estará en las áreas. David de Gea es el arquero de Hierro para el Mundial, por más que su actuación ante Portugal fuera deficiente, y Diego Costa despejó cualquier duda sobre quién debe ser el delantero del equipo español con sus dos goles y su despliegue en la jornada inaugural.

Irán tampoco presentará novedades, visto el éxito de su debut, una victoria por 1-0 ante Marruecos que colocó al combinado árabe como sorprendente líder del grupo.

Su seleccionador, el portugués Carlos Queiroz, sabe qué tipo de equipo maneja, un plantel de esfuerzo indesmayable, disciplina casi militar y enorme dosis de pasión.

Sardar Azmoun, una de las promesas del fútbol mundial para muchos, será la principal referencia atacante de un equipo armado para defender.

Así lo hizo en su estreno ante los marroquíes y el plan no podía haberle dado mejores frutos.

Marcarle a los iraníes será el principal reto de los españoles, que en sus últimos partidos mostraron no pocas dificultades para anotar, mientras que los de Queiroz apenas recibieron goles en contra.

El técnico luso repetirá, sin duda, estrategia mañana ante la campeona del mundo de 2010, con el aliento de los hinchas iraníes que, desde hace días, colorean las calles de la hermosa Kazán con sus banderas y sus cánticos.

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