Moscú
DPA

La selección alemana llegaba al Mundial de fútbol con algunas dudas de último momento, pero ni el más pesimista hincha germano se hubiera imaginado un debut así en Rusia de la defensora del título. No sólo por la derrota ante México, sino por el nivel y las fallas exhibidas por una «Mannschaft» irreconocible.

El entrenador alemán, Joachim Löw, pidió tras el encuentro que no cunda el pánico y aseguró que su equipo no se va a derrumbar. Pero la actuación que ofreció ayer su equipo en el estadio Luzhniki causa perplejidad.

«No entiendo por qué jugamos así hoy. Ya habíamos recibido algunas advertencias», evaluó el defensor Mats Hummels, uno de los jugadores que más contrariados se mostró con la actuación de Alemania. «En los últimos partidos venimos hablando siempre de los mismos problemas. Estamos dejando muchos espacios para los contragolpes», lo secundó Thomas Müller.

La «Mannschaft», por camiseta, historia y antecedentes recientes, llegaba al Mundial de Rusia como una de las grandes favoritas al título. Se impuso en Brasil 2014, conquistó la Copa Confederaciones de 2017 con un equipo alternativo y en la fase de clasificación a Rusia ganó los diez encuentros que jugó. Sin embargo, en los últimos meses había mostrado algunos signos de que no todo andaba bien.

De los cuatro amistosos jugados este año antes del Mundial, sólo ganó uno: un exiguo 2-1 ante Arabia Saudí en Leverkusen. La misma Arabia que una semana después perdería 5-0 ante Rusia en el partido inaugural.

«Hemos jugado como contra Arabia Saudí, pero esta vez contra un rival mejor», dijo Hummels. «Con total sinceridad, es el peor comienzo posible que podríamos haber tenido», señaló Jérôme Boateng.

A ese triunfo pírrico contra los saudíes se sumó una derrota ante Austria (2-1 en Klagenfurt) a principios de junio y, más atrás, las dudas exhibidas ante España (1-1 en Düsseldorf) y Brasil (0-1 en Berlín). El equipo de Löw, además, llegó al Mundial envuelto en la polémica por la foto que Ilkay Gündogan y Mesut Özil se tomaron en mayo con el presidente de Turquía, Recep Tayipp Erdogan.

La caída ante México, sin embargo, entraba en los planes de muy pocos. Es que Alemania es un equipo de enorme fiabilidad en los Mundiales y los grandes torneos en general. Y más aún con Löw en el banco.

La de ayer es apenas la segunda derrota germana en un comienzo de un Mundial y la primera desde 1982 (entonces, Alemania cayó ante Argelia y acabó siendo finalista). Además, es el primer tropiezo de Löw en un debut de un gran torneo desde que se hizo cargo del seleccionado en 2006. Cinco victorias, con 13 goles a favor y ninguno en contra, era el temible balance del entrenador en las tres Eurocopas y dos Mundiales que dirigió antes de Rusia.

Y hay más: Alemania siempre había vencido a México en los Mundiales. El país norteamericano había sido derrotado por la «Mannschaft» en los octavos de Francia 1998, en los cuartos de México 1986 y en la fase de grupos de Argentina 1978. Este último encuentro, con un humillante 6-0.

«Un partido típico», dijo con ironía el ex futbolista inglés Gary Lineker al intentar explicar lo sucedido en Moscú. Además de haber sido un enorme jugador, Lineker es un filoso tuitero, pero cuando llegó el gol de México hasta él se quedó perplejo. «Tantas olas de ataques pagan sus frutos. Alemania toma ventaja ante México. ¡Mein Gott!», atinó a escribir.

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