Por ARON HELLER
JERUSALÉN
Agencia (AP)

El titular de la Asociación del Fútbol Argentino, Claudio Tapia, se disculpó por la cancelación del viaje de la selección de su país a Israel para jugar ante el seleccionado local un amistoso previo al Mundial al argumentar que era necesario preservar la seguridad de los jugadores.

“Lo vivido en las últimas 72 horas, las acciones, las amenazas que han ocurrido nos han llevado a tomar la decisión de no viajar…mi responsabilidad es bregar por la salud, la integridad física y seguridad de toda la delegación”, declaró Tapia ante los periodistas en Barcelona, donde la selección se entrena de cara a su debut en el Mundial el 16 de junio ante Islandia.

La decisión de no viajar a Israel fue anunciada la víspera, debido a las protestas de grupos pro palestinos contra la disputa de ese encuentro el sábado en Jerusalén, en el marco de las celebraciones por el 70º aniversario de la creación del estado israelí.

En su encuentro con la prensa, que no incluyó preguntas, el dirigente futbolístico argentino expresó sus “disculpas” y afirmó que su decisión “no es en contra de la comunidad israelí, de la comunidad judía”.

La información de que Argentina había cancelado su traslado a Israel surgió pocas horas después de que una decena de activistas pro palestinos protestaron con camisetas albicelestes manchadas de sangre frente al complejo deportivo del Barcelona donde la selección argentina realiza su preparación.

“Me gustaría que todos tomen esta decisión como un aporte a la paz mundial”, afirmó Tapia, quien no dio detalles sobre las consecuencias de la medida ante los organizadores en Israel. “Pondremos toda nuestra energía en lo que viene, que es el Mundial”.

En Israel, el jefe de la asociación de fútbol de Israel acusó el miércoles a los palestinos de “cruzar una línea roja” luego de la decisión de la selección nacional de fútbol de Argentina de cancelar el partido.

Ofer Eini culpó a Jibril Rajoub, jefe de la federación palestina de fútbol, por “hacer todo lo posible” para eliminar a Israel del fútbol internacional.

Eini dijo que las protestas son legítimas, pero que el llamado de Rajoub a que los árabes y musulmanes quemasen fotos y camisetas del astro argentino Lionel Messi fueron demasiado lejos.

El miércoles, reinaba la indignación en Israel, una nación con gran afición al deporte, luego de la cancelación. Algunos líderes del país acusaron a Lionel Messi y a sus compañeros del combinado albiceleste de ceder ante el terrorismo.

Israel esperaba ansioso el partido internacional, para el que se habían vendido todos los boletos, previsto para el sábado en la noche en el estadio Teddy Kollek de Jerusalén, y la llegada de algunos de los mejores jugadores del mundo. Argentina es una de las selecciones más populares entre los israelíes y los aficionados habían estado intentando tener una ocasión de ver a Messi en persona.

Pero tras una intensa campaña palestina, que incluyó imágenes de la camiseta de Argentina manchada con pintura roja que simulaba sangre y amenazas de quemar carteles con la imagen de su jugador estrella, la Asociación del Fútbol Argentino anunció la cancelación del juego.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, llamó al presidente de Argentina, Mauricio Macri, para que interviniese en la decisión aunque sin éxito.

El presidente de Israel, Reuven Rivlin, dijo el miércoles que era una mañana triste para los aficionados israelíes al deporte, incluyendo sus propios nietos. «Pero aquí hay unos valores que son más grandes incluso que Messi. La politización de la decisión argentina me preocupa mucho”, señaló.

Miembros de la oposición, por su parte, acusaron a la polémica ministra de Deportes de politizar el evento deportivo al insistir en trasladarlo desde Haifa a la disputada ciudad de Jerusalén, además de tratar de arreglar un politizado encuentro con Lionel Messi.

Israel se apropió de Jerusalén oriental en la guerra de 1967 y la anexionó a su territorio en un movimiento que no está reconocido por la comunidad internacional. Israel considera que toda la ciudad es su capital, pero los palestinos reclaman el sector oriental como la capital de su futuro estado.

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