Por Noelia Román
Barcelona
Agencia (dpa)

Proclamado ya campeón de la Copa del Rey tras ofrecer uno de sus mejores partidos en los últimos años y con la emoción del próximo adiós de Andrés Iniesta, el Barcelona buscará mañana sellar su vigesimoquinto título de la Liga española de fútbol con un triunfo ante el desesperado Deportivo de La Coruña.

Un único punto en Riazor les basta a los azulgrana para conquistar matemáticamente el campeonato doméstico y consumar así el octavo doblete Liga-Copa en su centenaria historia.

Los catalanes no pueden imaginar mejor culminación a una semana de sentimientos encontrados. Y es que a la alegría por la conquista de la cuarta Copa consecutiva con un fabuloso 5-0 ante el Sevilla le siguió la tristeza por la marcha de su capitán.

Luego de días y días de rumores, Iniesta confirmó ayer lo que todo el mundo decía ya saber: el cierre de su larga etapa en el Barcelona, 22 años de muchos éxitos y algún que otro fracaso.

Lo hizo entre lágrimas, muy emocionado, pero también muy convencido de que su tiempo en el club de toda su vida llegó a su fin.

Así, ante un Deportivo virtualmente descendido a la Segunda División española, el «mago» azulgrana iniciará la despedida de la hinchada de su país.

Admirado por todos los fans españoles desde que un gol suyo convirtió a España en campeona del mundo en Sudáfrica 2010, Iniesta disputará en Riazor el primero de sus cinco últimos partidos en la Liga.

Y es de prever que, de la misma manera que el Deportivo recibirá al Barcelona con el pasillo que tradicionalmente se le hace al campeón -el club gallego aludió al título de Copa en su anuncio-, su afición dedicará a Iniesta una sentida ovación.

El capitán del Barcelona, que en la final copera ya empezó a prepararse para el terremoto de sentimientos que serán las próximas semanas, dirigirá las operaciones azulgrana en un partido que puede concederle ya su trigesimosegundo título con el Barcelona y culminar una temporada cuya calificación genera debate.

La hinchada «culé» se divide entre quienes piensan que el doblete es un botín fantástico para una campaña que se inició con la marcha del brasileño Neymar y el desastre de la Supercopa de España y entre los que creen que la Liga y la Copa no son premio suficiente para tapar el descalabro de la Champions, una nueva eliminación en cuartos cuando el pase a semifinales parecía cerrado.

El adiós de Iniesta no hace sino añadir peso a la balanza pesimista, tradicionalmente predominante entre los fans del Barcelona.

Los hombres de Ernesto Valverde, sin embargo, tienen ante sí varios retos que la podrían desnivelar. Unen al desafío de sentenciar la Liga ya mañana el de hacerlo manteniendo el invicto que ahora exhiben, algo nunca antes conseguido por ningún equipo en el campeonato.

Al inicio de la trigesimoquinta fecha, el Barcelona acumula 25 victorias y ocho empates y, con un partido aplazado por disputar, está a cinco encuentros de cerrar el campeonato sin derrota alguna.

El reto, complicado de por sí, se sazona con la visita al Camp Nou del Real Madrid en el clásico de la Liga el domingo 6 de mayo.

Una nueva victoria frente al eterno rival, vigente campeón español pero descartado para revalidar su título desde hace meses, endulzaría el final campaña, independientemente de que lo que los blancos hagan en la Liga de Campeones europea.

La misión, en cualquier caso, dará comienzo en la cancha de un «Depor» que huele el undécimo descenso de su historia a Segunda, después de que el Levante asegurara matemáticamente su permanencia el viernes con una victoria por 2-1 ante el Sevilla.

La diferencia de goles entre los gallegos y el Levante, el primer equipo es puestos de salvación, hace misión imposible la permanencia de los dirigidos por Clarence Seedorf.

Los cuatro partidos que les restan ante el virtual campeón, el Celta, su acérrimo rival regional, Villarreal y Valencia, ya son para ellos una cuestión de honor.

La jornada dominical se abrirá con el duelo entre el Getafe y el Girona, con ambos equipos luchando aún por entrar en puestos de Liga Europa. Más tarde, Atlético de Madrid buscará afirmar su segunda posición en la cancha de Alavés, donde un tropiezo rojiblanco podría adelantar ya el título de Barcelona. Y el Valencia seguirá luchando por el tercer puesto, ahora de Real Madrid, ante Eibar.

La trigesimoquinta fecha de la Liga se cerrará el lunes con el duelo regional entre Betis y Málaga.

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