Por Ignacio Encabo
Múnich
Agencia (dpa)
Camino del «triplete» uno y de la «XIII» el otro, Bayern Múnich y Real Madrid abrirán mañana en el Allianz Arena una semifinal de la Liga de Campeones de fútbol repleta de historia, y heridas abiertas que marcará a fuego la temporada de ambos.
Y es que aunque el Bayern haya ganado ya la Bundesliga y esté en la final de Copa, necesita dar un golpe de autoridad en Europa: una Champions en 16 temporadas es un bagaje quizás un poco pobre para un club que se pasea últimamente en Alemania.
El Real Madrid, por su parte, tiene en la Champions la tabla de salvación a su temporada, tras decir adiós a la Copa del Rey en enero y quedar descolgado de la Liga española en diciembre.
El fútbol moderno exige a los grandes clubes resultados año tras año en Europa. No importa llevar seis Bundesligas seguidas o estar a tres partidos de ganar una tercera Champions consecutiva. Cualquier eliminación en el máximo torneo de clubes del mundo se escribe ahora con mayúsculas.
Bien diferentes eran las cosas en 1976, cuando Bayern y Real Madrid se midieron por primera vez. Desde entonces chocaron en 24 ocasiones -el clásico por antonomasia de la Copa de Europa- y la igualdad es máxima: 11 victorias para cada uno, dos empates, 36 goles para los alemanes y 37 para los blancos. Será la séptima vez que se enfrenten en semifinales.
«Siempre ha habido grandes partidos entre ambos y tiene una enorme tradición. Habrá millones de personas mañana delante del televisor, habrá pasión, emoción, alegría, quizás también tristeza», indicó el técnico del Bayern, Jupp Heynckes.
«Estos son los partidos para los que un jugador y un entrenador trabaja a diario, estos son los momentos estelares. Hay jugadores de clase mundial en los dos lados, ambos equipos juegan un fútbol atractivo y ofensivo, será una eliminatoria muy abierta», añadió el hombre que hizo un paréntesis en su jubilación para volver en octubre al banquillo del Bayern y relanzar al club alemán.
Algo peor estaba el Real Madrid cuando Zinedine Zidane asumió en enero de 2016 los mandos de un equipo totalmente a la deriva. Al francés le cambió el rostro y rescató su gen ganador para ganar dos Champions seguidas y estar ahora a dos pasos de colocar la décimo tercera estrella encima del escudo. No obstante, nada de eso habría sido posible sin Cristiano Ronaldo.
Del portugués no guarda buenos recuerdos ningún estadio de Europa y mucho menos el Allianz Arena, que mañana estará de nuevo lleno hasta la bandera con 68 mil espectadores. Cristiano Ronaldo marcó cuatro goles en sus dos últimos partidos en Múnich y cambió el oscuro historial de su club en la ciudad del sur de Alemania.
La capital bávara ha sido históricamente un infierno para el Real Madrid: entre 1976 y 2012 perdió nueve partidos y empató uno. Desde entonces, con Cristiano Ronaldo como faro, dos visitas y dos triunfos.
Pero Zidane avisó hoy: «Es una semifinal de la Champions y el pasado no cuenta (…) Esto es distinto a lo que ocurrió en el pasado. Sabemos que vamos a tener que sufrir».
En Múnich prefieren recordar las semis de 2012, cuando el Bayern superó al Real Madrid en los penales con Heynckes en el banquillo. Aunque ese año perdió la final, el campeón alemán se resarció al año siguiente con el primer «triplete» de su historia. Ahora está a 360 minutos de igualar esa gesta.
«Vamos a ir al partido con el pecho henchido», advirtió el fin de semana Thomas Müller, capitán de los bávaros. «Estamos ahora mismo en un buen momento. La calidad del grupo es altísima y el deseo de ganar, enorme. Vamos con la confianza a tope».
El Real Madrid aterriza en Múnich con todas sus piezas disponibles y Zidane podrá alinear a su once de gala, con Isco en el medio del campo por detrás de Cristiano Ronaldo y Karim Benzema. Si quiere más vértigo, el técnico francés podría dar entrada a Marco Asensio.
Heynckes, por su parte, no podrá contar con el lesionado Arturo Vidal y llega con la duda de David Alaba, que hoy no entrenó por una lesión en el muslo. Con Robert Lewandowski como punta y Javi Martínez de ancla, Heycnkes tiene cinco nombres para cuatro puestos en el medio: Arjen Robben, Franck Ribery, Thomas Müller, James Rodríguez y Thiago Alcántara.
Muchos ojos estarán también en el árbitro, el holandés Björn Kuipers, después del controvertido penal que clasificó a los blancos a semifinales y de la polémica que rodeó al Real Madrid-Bayern el año pasado.
«El árbitro tuvo una gran incidencia en el último partido», recordó recientemente el presidente del Bayern, Uli Hoeness. «No es que cometiera un grave error, sino que fueron tres o cuatro».
El partido de vuelta se jugará el próximo martes en el Santiago Bernabéu. El ganador de la eliminatoria se medirá el 26 de mayo en la final de Kiev a Liverpool o Roma, que se enfrentan en la otra semifinal.