Por ERIC NÚÑEZ
NUEVA YORK
Agencia (AP)
Si algún equipo tiene cierta necesidad para la próxima temporada, el contacto indispensable que deberá tener en su agenda durante los meses de invierno será Derek Jeter y los Marlins de Miami.
Consumada la compra de la franquicia por parte de un grupo que incluye al excapitán de los Yanquis, el plan inmediato en Miami es reducir el costo de su nómina que alcanzó los 115 millones de dólares.
Jeter podría poner a disposición a prácticamente todo el equipo, comenzando con los activos más valiosos: los jardineros Giancarlo Stanton, Marcell Ozuna y Christian Yelich. También habrá que prestar atención a otros veteranos, como los infielders Martín Prado y Dee Gordon, el abridor Edinson Vólquez y el relevista Brad Ziegler.
El pez gordo de este receso es Stanton, quien viene de una campaña en la que lideró las mayores con 59 jonrones y 132 impulsadas.
¿No será imprudente para los nuevos propietarios de los Marlins desprenderse de su principal figura entre sus primeras medidas? Quizás sea repetir el método de Jeffrey Loria, el anterior dueño que se ganó la antipatía del grueso de los fanáticos.
Pero el costo de Stanton se hará más caro a partir de 2018, cuando empezará a cobrar lo más jugoso del contrato récord de 325 millones de dólares que firmó previo a la campaña de 2015. Su salario se duplicará el próximo año, de 14,5 millones a 25 millones.
Canjear a Stanton es sumamente tentador en cuanto a los objetivos de reducir el gasto y recibir la clase de cotizados prospectos que se requieren para un relanzamiento del equipo.
Otra reestructuración no debe entusiasmar al toletero que acaba de cumplir 28 años y que no ha olfateado ni de cerca lo que es una postemporada.
El futuro de Stanton es quizás la trama más intrigante en el mercado de invierno en las Grandes Ligas.