Por DÉBORA REY
BUENOS AIRES
Agencia (AP)
Argentina se siente un paciente en terapia intensiva que necesita los tres puntos ante Venezuela para seguir con vida.
«Mañana solo sirve ganar. No veo otra alternativa», reconoció con crudeza el técnico Jorge Sampaoli en vísperas del duelo ante la Vinotinto de hoy en el estadio Monumental de River Plate, en Buenos Aires.
El equipo liderado por el astro Lionel Messi ocupa el quinto puesto de la tabla con 23 puntos, uno menos que el tercero Uruguay y el cuarto Chile, cuando solo restan tres fechas en la maratónica eliminatoria sudamericana para el Mundial de Rusia 2018. Los cuatro primeros clasifican directamente y el quinto disputará un repechaje ante el líder de Oceanía.
Si bien el cuadro no es terminal, en Argentina entienden que si no se le gana de local a una Venezuela ya eliminada, que marcha última con siete puntos y luce muy inferior en apellidos, el destino ya no estará en sus propios pies. El propio Sampaoli reconoció el lunes en rueda de prensa que, a falta de tres partidos para el final, las selecciones mejor perfiladas podrían especular con algún resultado que perjudique a los albicelestes.
«La necesidad va a atentar contra nuestra virtud», apuntó el estratega argentino, que advierte que la ansiedad y el espíritu negativo que giran en torno a su equipo operan contra sus jugadores de elite mundial. “Será muy importante creer en lo que nosotros podemos hacer y en nuestras capacidades para seguir con la esperanza de clasificar al próximo Mundial”.
Los argentinos se habían entusiasmado en junio con la llegada de Jorge Sampaoli y su propuesta de fútbol ofensivo en lugar del mezquino Edgardo Bauza. Pero la primera prueba dejó un amargo empate sin goles con Uruguay el jueves en el Centenario, donde la apuesta por el tridente de ataque con Messi, la joven estrella de la Juventus Paulo Dybala, y el ariete del Inter Mauro Icardi, no le hizo ni cosquillas al muro defensivo que planteó la Celeste.
La falta de contundencia es uno de los síntomas más preocupantes para el bicampeón mundial. Suma apenas un gol en sus tres últimos encuentros _un penal de la estrella del Barcelona en el triunfo 1-0 sobre Chile_ y sus 15 tantos en 15 fechas son la segunda menor cantidad entre los 10 equipos sudamericanos, sólo por encima de los 13 del penúltimo y ya eliminado Bolivia.
«Los goles que tiene el equipo no tienen que ver con las capacidades de los jugadores sino en el vínculo entre ellos. Algunos jugadores se potencian entre sí y otros no», opinó Sampaoli, el único que habla con la prensa del seleccionado ante la postura tomada por los futbolistas de no hacerlo desde principios de año. “Estamos buscando las variantes para que el dominio del balón que tenemos termine en goles y seamos más contundentes. Trabajamos para que la tenencia se transforme en contundencia”.
Sampaoli, no obstante, repetirá la fórmula Messi-Dybala-Icardi. Los cambios vendrán por la retaguardia. En defensa Gabriel Mercado recibió su segunda amarilla y será reemplazado por Javier Mascherano, un histórico del seleccionado que fue relegado a la banca ante los uruguayos. En el mediocampo reaparece Ever Banega con suspensión cumplida, en lugar de Guido Pizzarro. Mientras que Marcos Acuña al parecer dejará su lugar a Lautaro Acosta por bajo rendimiento.
En la práctica matutina de este lunes Sampaoli probó otras variantes. Pizzarro en lugar de Lucas Biglia para acompañar a Banega y en el fondo Nicolás Pareja en lugar de Federico Fazio. El entrenador no confirmó el equipo luego en el encuentro con la prensa.
Venezuela no tiene nada que perder y por ello se vuelve un rival peligroso. Ya lo padeció Colombia, a la que le arrebató un empate sin goles en Caracas.
El conjunto dirigido por Rafael Dudamel tendrá la sensible baja de su capitán Tomás Rincón, suspendido. Su reemplazante sería Arquímedes Figuera, del Universitario de Perú.
El chileno Roberto Tobar será el árbitro del encuentro que arrancará a las 20:30 hora local (2330 GMT).