Madrid
DPA
España juega mejor sin delanteros. Por sorprendente que parezca, esta parece ser la principal conclusión de la goleada por 3-0 que endosó el sábado la selección española de fútbol a Italia en el Santiago Bernabéu camino del Mundial de Rusia y bajo la batuta de un inmenso Isco.
El técnico Julen Lopetegui alineó un once titular sin delanteros y con seis centrocampistas -Sergio Busquets, Koke, Marco Asensio, David Silva, Andrés Iniesta e Isco- que fue capaz de apabullar a un tetracampeón del mundo como Italia. El equipo «azzurro» no recibía tres tantos en una fase de clasificación desde 1956.
No es la primera vez que España afronta un partido decisivo, sea en una fase de clasificación o en un torneo continental o mundial, sin un ariete de referencia en su esquema ofensivo. Ya lo hizo el ex seleccionador español Vicente del Bosque en la Eurocopa de 2012.
Lo recordaba el propio capitán de la selección italiana, el mítico arquero de la Juventus Gianluigi Buffon, en la previa del partido disputado el sábado en Madrid. “En la final de la Eurocopa 2012 jugaron sin delanteros y nos hicieron cuatro”, afirmó horas antes de recibir tres nuevos tantos en otro partido vital.
El nuevo técnico de España, Lopetegui, apostó por recuperar el juego de toque y posesión de la España victoriosa que fue capaz de encadenar dos Eurocopas y un Mundial sucesivos entre 2008 y 2010, un hito inédito hasta el momento en el fútbol.
Si en la Eurocopa 201 Del Bosque alineó a Cesc Fábregas, Lopetegui situó el sábado a Asensio en la posición de falso nueve, como vértice de un temible cuarteto ofensivo formado por Iniesta, Silva y un Isco en estado de gracia. Los metrónomos Busquets y Koke protegían sus espaldas.
Aunque pudiera parecer lo contrario, España no acaparó el dominio del balón, con porcentajes de posesión cercanos al 50 por ciento para ambos equipos. Sin embargo, ganó en profundidad y técnica hasta desarbolar la tradicionalmente férrea línea defensiva de los italianos.
Lopetegui decidió disputar el partido decisivo de la fase de clasificación para el Mundial de Rusia 2018 con un 4-6-0 que muy pocos equipos en el planeta se atreven a utilizar. No lo había hecho hasta entonces.
El técnico vasco había apostado por Álvaro Morata y el hispano-brasileño Costa como arietes en los encuentros anteriores, tal y como hicieron sus predecesores con Fernando Torres y David Villa en el reciente pasado triunfal de la selección española.
Torres, cuyo estado de forma actual le aleja de las convocatorias de Lopetegui, aportó en su momento su velocidad a la precisión de los pases al espacio de sus finos centrocampistas. Por su parte, el veterano David Villa, capaz de moverse con habilidad entre líneas, regresó al equipo nacional después de tres años lejos del equipo nacional.