Por ERIC NÚÑEZ
MIAMI
AGENCIA/AP
Fue la noche de Aaron Judge, quien superó incluso las inmensas expectativas para un novato dueño de un poder alucinante.
El toletero de los Yanquis de Nueva York aplicó su ley en el Derby de Jonrones, con una ostentación que fue un calco del despliegue de cañonazos que han marcado su temporada de novato.
Judge doblegó anoche 11-10 al dominicano Miguel Sanó en la ronda final, alcanzando una distancia máxima de 513 pies y ostentando capacidad para mandar la bola a todos los rincones del Marlins Park. En uno de sus batazos, envió la pelota varios metros por encima de la enorme escultura con los flamencos rosados, situada en el jardín izquierdo-central. Y en otro estrelló la esférica en el techo por el izquierdo; ese batazo no contó.
Mientras que Sanó sudó la gota gorda para su último acumulado, Judge se divirtió.
«Yo creía que lo había visto todo antes. Ni lucía que se cansaba», comentó Robinson Canó, el dominicano de los Marineros de Seattle que ganó el Derby de 2011 con los Yanquis. «Jonrones de banda contraria. Le llegaba tarde a la bola y la ponía en lo más alto».
Uno diría que lo consiguió hasta bostezando, y alcanzó su cifra mágica faltándole dos minutos en el reloj.
“No sentía nada de presión… Soy un novato. Fue mi primera oportunidad haciendo esto y no tenía expectativas”, dijo Judge. “Fue una cuestión de pararme ahí y divertirme un poco. Ha sido un gozo. He disfrutado cada minuto, viendo a los demás haciendo sus swings, vine temprano al estadio para hablar con la prensa. Todo este día ha sido fantástico”.
A sus 25 años, Judge se presentó como el jugador sensación de la temporada, atrayendo todas las miradas y al frente de las mayores con sus 30 jonrones. Es la clase de talento que el béisbol de Grandes Ligas se desvive para resaltar como figura emblemática.
“Es el nuevo Derek Jeter”, disparó sin titubeos Chris Archer, el pitcher de los Rays, cuando le preguntaron si Judge es el nuestro rostro del deporte.
Y Judge respondió a su primera asignatura en Miami. Si el estadio no fuera techado, pudo haber sacado la pelota a la calle en las prácticas de bateo —uno de sus contactos no salió porque pegó contra el techo retráctil.
“Me toca verlo todos los días y siempre quedo sorprendido”, dijo su compañero de los Yanquis Gary Sánchez. “Es fenomenal todo lo que hace”.
¿Y ahora? Será el tercero al bate por el equipo de la Liga Americana el martes en el Juego de Estrellas, lo que significa que irá a batear en la parte alta del primer inning contra Max Scherzer, el abridor de la Nacional.
Previo al derby, Judge deslizó a los periodistas que en la aplicación de apuntes de su teléfono tiene grabado un guarismo que le sirve para mantener la perspectiva en medio de toda la euforia que ahora le rodea.
Se trata del .179, el promedio al bate que registró en los primeros 27 juegos que disputó el año pasado con los Yanquis.
“Este es un deporte que te achica en un santiamén, así que salgo a jugar con la mentalidad de rendir lo mejor posible cada día, porque podría estar bateando .179 en cosa de unas semanas”, explicó.
Al iniciar la noche, la concurrencia de 37.027 fanáticos abucheó a Judge. Pero no tardaron en volcarse a su favor, luego que el campeón vigente Giancarlo Stanton, ídolo del equipo local, fue derrotado por Sánchez en la primera ronda.
Tocándole siempre cerrar sus pulseadas, Judge eliminó primero a otro jugador de Miami, Justin Bour, por 23-22. En un duelo de novatos en el siguiente turno, venció 13-12 a Cody Bellinger, de los Dodgers.
Para sentenciar su faena, disparó un batazo que viajó una distancia de 458 pies por el centro.
“Quedé un poquito cansado tras la primera ronda… Me sentí mejor una vez que tuve esos descansos en medio de la segunda y tercera rondas”, dijo.
También le dio crédito a Danilo Valiente, un cubano de 51 años que con los Yanquis cumple la función de pitcher en las prácticas de bateo.
“Danilo tiene el don de poner la bola en la parte medular de mi bate, me hizo el trabajo más fácil”, indicó Judge.
Judge se convirtió en el cuarto jugador de los Yanquis en coronarse campeón de un Derby de Jonrones, uniéndose a Canó (2011), Jason Giambi (2002) y Tino Martínez (1997).
Yo creía que lo había visto todo antes. Ni lucía que se cansaba.
Robinson Canó, bateador dominicano de los Marineros de Seattle que ganó el Derby de 2011.