Por Christian Hollmann
Melbourne
agencia/dpa
La compasión de Lewis Hamilton reforzó aún más la frustración de Fernando Alonso. «Estaría bien si Fernando pudiera competir delante con nosotros, pero no parece que eso vaya a pasar pronto», dijo el piloto de Mercedes sobre su viejo archienemigo.
El español, doble campeón mundial, se apresta a una nueva temporada con McLaren en el sótano de la Fórmula 1. En realidad, Alonso y el equipo británico querían regresar este año de nuevo a la cima, pero tras el debut en Australia de lo que se habla incluso es de una dimisión del piloto.
«Fernando quizá no complete el año. Nunca se sabe. Está frustrado. Para él no se trata de ser séptimo o sexto», advirtió el expiloto Mark Webber, amigo del español desde sus tiempos juntos en la Fórmula 1.
Desde su cambio a McLaren hace dos años, Alonso languidece en el fondo del pelotón, ya que el proveedor de motores del equipo, Honda, no ha logrado desarrollar un propulsor competitivo. Ahora, su tercer y último año de contrato amenaza también con ser un fiasco.
«Pocas veces he tenido un coche tan poco competitivo», lamentó el piloto de 35 años, que está disputando su decimosexta temporada en la Fórmula 1, tras el Gran Premio en Melbourne este fin de semana.
Gracias a su habilidad al volante, el español había logrado ubicarse en décima posición poco antes del final de la carrera, pese a que en las rectas es hasta 30 kilómetros por hora más lento que sus rivales. Sin embargo, el automóvil dijo entonces basta: la suspensión se rompió y Alonso tuvo que abandonar.
«Hasta el abandono era una de las mejores carreras de mi vida dadas las circunstancias», dijo el bicampeón mundial, que lanzó un mensaje al equipo: «Tenemos que mejorar inmediatamente».
Pero eso parece poco probable. En los tests de pretemporada, los motores Honda ya se mostraron poco fiables y además les falta potencia. «Hemos hecho un mal trabajo», admitió el responsable del fabricante japonés, Yusuke Hasegawa.
El rendimiento del propulsor será aún más relevante en las próximas carreras en abril: en China, Bahréin y Rusia. En el mundillo se espera, por tanto, que Honda necesite al menos dos meses para solucionar los problemas actuales.
La paciencia de Alonso y McLaren está agotada desde hace tiempo. «Estamos enormemente presionados por el equipo y los pilotos», admitió Hasegawa.
Últimamente se rumoreó incluso que McLaren había tenido unas primeras conversaciones con Mercedes para volverlo a tener de proveedor de motores. «Por supuesto examinamos todas las opciones», dijo sin disimulo el jefe de McLaren, Eric Boullier.
En cualquier caso, una separación de Honda en el corto plazo no parece realista. Los japoneses bombean anualmente unos 90 millones de euros (unos 97 millones de dólares) en el equipo. Además, el bólido está diseñado sobre la base del motor Honda, por lo que un cambio a Mercedes obligaría a una remodelación del automóvil.
Así pues, el futuro deportivo de Alonso depende más que nunca de que Honda encuentre el rumbo correcto. La última de sus 32 victorias en Grandes Premios data del 12 de mayo de 2013.
«Espero un gran cambio en el equipo, una gran reacción», dijo el español tras lamentar que, pese a que sacó todo el partido al carro, solo pudo ser decimotercero en la clasificación del sábado. «Somos McLaren-Honda. Si no estamos en el ‘top 5’, en el podio, el resto es perder el tiempo».
Fernando quizá no complete el año. Nunca se sabe. Está frustrado. Para él no se trata de ser séptimo o sexto.
Mark Webber, expiloto y amigo del español desde sus tiempos juntos en la Fórmula 1.