Zúrich
AGENCIA/dpa

Cientos de fans recibieron hoy a Roger Federer en Zúrich en su regreso a Suiza como campeón del Abierto de Tenis de Australia.

Aunque algo cansado por el largo viaje y las pocas horas de sueño, el exnúmero uno del mundo atendió con paciencia a los aficionados y firmó autógrafos.

Con el trofeo de su Grand Slam número 18 en la mano, el tenista de 35 años advirtió de que antes de volver a los entrenamientos se tomará unos días libres para cumplir el deseo de sus hijas mayores Myla Rose y Charlene Riva: ir a esquiar.

Federer y su mujer, Mirka, tienen dos parejas de mellizos, de 7 y 2 años. Los menores se llaman Leo y Lenny. Toda la familia llevaba un mes en Australia.

Según contó el tenista en Melbourne, los niños le sirvieron de motivación para avanzar en el torneo. «Por favor, no pierdas -contó Federer que le decían-, queremos quedarnos más tiempo en Australia».

El suizo derrotó en la final al español Rafael Nadal, en una nueva edición del gran clásico de la última década en el tenis mundial.

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