Melbourne
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A pesar de perder la final del Abierto de Australia, el español Rafael Nadal tiene muchos aspectos positivos que extraer del primer Grand Slam de la temporada: volvió a competir con los mejores, ganó partidos dramáticos y se demostró a sí mismo que si está sano puede pelear por los grandes títulos.

«Jugando así pueden ocurrir cosas bonitas. Pueden ocurrir en canchas duras como ésta, pero especialmente pueden ocurrir sobre arcilla», dijo Nadal tras caer 6-4, 3-6, 6-1, 3-6 y 6-3 ante Roger Federer en el partido por el título en Melbourne.

«Si soy capaz de jugar como este torneo, de superar partidos como los que superé, de recuperarme bien, y en arcilla me recupero mejor, de que mis rivales no tengan tantos puntos gratis, de jugar sólido desde la línea de base… Si soy capaz de hacer eso, creo que puedo seguir teniendo éxito en cancha dura, pero en tierra puede ser especial».

Al hacer balance del torneo, Nadal ya tenía en mente a Roland Garros. Sólo así se explica que en apenas 30 segundos se refiriera tres veces al polvo de ladrillo, la superficie «nadaliana» por excelencia, sobre la que ganó nueve de sus 14 Grand Slam.

El español, que mañana subirá al sexto lugar del ranking mundial, había llegado a Australia entre interrogantes. Era una prueba de fuego para su confianza después de la lesión de muñeca que cortó su progresión a mediados de 2016. Se fue de Australia sin el título, pero cambió los interrogantes por exclamaciones.

Y es que Nadal volvió a ser Nadal en Melbourne. Encontró su «drive», recuperó la épica, no se desmoronó ante situaciones de máximo peligro y ganó dos partidos seguidos a cinco sets.

Estaba con el rostro algo compungido el campeón de 14 Grand Slam, pero aseguró que se subiría al avión de vuelta con un saco de buenas noticias.

Nadal tiene ahora previsto jugar la Copa Davis ante Croacia y después disputará los torneos de Rotterdam y Acapulco, ambos sobre cemento, para preparar los Masters 1000 de Indian Wells y Miami. Será la primera vez en su carrera que no compita sobre arcilla entre Australia e Indian Wells.

Su temporada sobre polvo arrancará en abril en Montecarlo y la gira seguirá por Barcelona, Madrid y Roma para acabar en Roland Garros. Esos cinco torneos y en especial el de París son el gran objetivo del año para Nadal.

«El tenis no se acaba en los Grand Slam», respondió hoy Nadal cuando le preguntaron si se veía capacitado para alzar su décimo Roland Garros. «El siguiente grande es a meses vista y yo como deportista no puedo estar pensando en cuatro torneos al año. El tenis es mucho más que cuatro eventos al año».

Quedan eventos importantes hasta París, sin duda, pero la historia del tenis se mide por ahora en títulos de Grand Slam. Y con la derrota de hoy quedó a cuatro coronas de Federer.

El 11 de junio se disputará en la capital francesa la final de Roland Garros. Nadal llegó nueve veces a la final y ganó las nueve, algunas de ellas después de arrancar la temporada en Australia con lesiones o dudas.

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