Melbourne
DPA

El Abierto de tenis de Australia despidió ayer a los dos números uno: el británico Andy Murray y la alemana Angelique Kerber dijeron adiós al primer Grand Slam de la temporada en los octavos de final, dos derrotas que dejan muy abierta la lucha por el título.

_Depo7_1bMurray, cinco veces finalista en Melbourne, cayó ante el alemán Mischa Zverev por 7-5, 5-7, 6-2 y 6-4 en la cancha Rod Laver, donde horas más tarde sucumbiría Kerber, la defensora del título, ante la estadounidense Coco Vandeweghe por 6-2 y 6-3.

La primera semana de competición en Melbourne Park supuso una enorme criba tanto en el torneo masculino como en el femenino. En hombres sólo quedan cinco de los diez primeros cabezas de serie tras las caídas de Murray, Nishikori, Novak Djokovic, Marin Cilic y Tomas Berdych, mientras que en mujeres sólo resisten cuatro después de que perdieran Kerber, Agnieszka Radwanska, Simona Halep, Svetlana Kuznetsova, Dominika Cibulkova y Carla Suárez.

El gran golpe de la jornada fue sin dudas el de Zverev y trajo la firma de un tenis en peligro de extinción. Murray, que ha perdido las cinco finales que alcanzó en Melbourne, fue incapaz de frenar el osado juego del 50 del escalafón, que convirtió en su mejor arma el saque-red, un anacronismo actualmente incluso en la hierba.

«Sufrí derrotas duras en mi carrera y me recuperé de ellas. Ésta es una de ellas y estoy seguro de que me recuperaré», confió no obstante Murray, doble oro olímpico y campeón de tres Grand Slam. «Ahora mismo estoy muy decepcionado porque quería llegar lejos en este torneo y no pude».

La prematura derrota del número uno del mundo y subcampeón del año pasado se une a la sorprendente eliminación del que era el otro gran favorito, un Djokovic que se despidió en segunda ronda ante el uzbeco Denis Istomin, 117 del ranking.

Hay que remontarse a Roland Garros 2004 para encontrar un Grand Slam en el que sus dos primeros cabezas de serie no alcanzaron la segunda semana de torneo. En aquella ocasión Federer cayó en tercera ronda y Andy Roddick en segunda.

Zverev, zurdo y de 29 años, realizó 119 veces la jugada de saque y volea y presionó continuamente a Murray, uno de los mejores defensores del circuito.

«No sé cómo lo hice, estaba en una especie de trance. Hice mi juego de saque y volea y funcionó. Hubo muchos puntos que no sé cómo los gané, pero de algún modo lo hice», dijo tras su primera victoria ante un número uno.

El alemán se regaló a sí mismo un duelo con Federer en los cuartos de final. «Sería un sueño jugar ante Roger, crecí viéndolo jugar», dijo el hermano mayor de Alexander Zverev antes de saber si Federer iba a ser capaz de superar su prueba de fuego ante Nishikori.

No sólo la aprobó, sino que lo hizo con nota: remontando y resistiendo el tenis de fondo de Nishikori a cinco sets. Su cuerpo, de 35 años, respondió a la exigencia de un número cinco del mundo después de casi seis meses sin competir. Y el campeón de 17 Grand Slam se mostró emocionado tras cerrar el duelo por 6-7 (4-7), 6-4, 6-1, 4-6 y 6-1 dándose golpes en el pecho.

«Es un gran paso para mí», admitió Federer, décimo séptimo del ranking actualmente, que terminó el duelo con 83 golpes ganadores en su cuenta. «Fue un gran partido, me divertí mucho», añadió el tenista que no pudo jugar en la segunda mitad de 2016 por una lesión de rodilla.

El otro cruce de cuartos de final por ese lado del cuadro lo jugarán Stan Wawrinka y Jo Wilfried-Tsonga. El suizo, campeón de Australia en 2014, superó por 7-6 (7-2), 7-6 (7-4) y 7-6 (7-4) al italiano Andreas Seppi, mientras que el francés superó por 6-7 (4-7), 6-2, 6-4 y 6-4 al británico Dan Evans.

Mientras que la derrota de Murray no le hará perder de ningún modo el número uno del mundo, Kerber sí que tendrá que dejar un ojo puesto en Melbourne para saber si cederá el primer puesto del ranking femenino.

Kerber sorprendió el año pasado al ganar en Australia su primer Grand Slam batiendo en la final a la entonces mejor jugadora del planeta, la estadounidense Serena Williams. Después de levantar también el título en el US Open, la alemana subió a lo más alto del escalafón.

Ahora queda todo en manos de la norteamericana de 35 años, que si consigue su Grand Slam número 23 recuperaría el número uno del mundo.

«No pienso en eso, para mí es importante fijarme en mí. Es bonito ser el número uno y me gustaría seguir en esa posición, claro que sí, ya veremos qué pasa», indicó Kerber, muy disgustada con su juego de hoy. «No sentí la bola. No fue mi día, no fue mi partido, desde luego».

Vandeweghe se medirá en cuartos de final a la española Garbiñe Muguruza, que batió antes por 6-2 y 6-3 a la rumana Sorana Cirstea para alcanzar su techo en Melbourne.

En los otros dos partidos de la jornada, la estadounidense Venus Williams venció 6-3 y 7-5 a la alemana Mona Barthel y la rusa Anastasia Pavlyuchenkova ganó a su compatriota Kuznetsova por 6-3 y 6-3. Las ganadoras se medirán mañana en cuartos.

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