Chilecito, Argentina
DPA

Los participantes de la edición 2017 del rally Dakar no tienen como único rival a los intrincados recorridos propuestos por la organización, sino también a las malas condiciones climáticas que complicaron el normal desarrollo de la prueba y obligaron a suspender dos de las doce etapas.

Esta vez un alud en la localidad argentina de Volcán afectó ayer la llegada en horario de los participantes al campamento de Salta, algo que obligó a los responsables de la prueba a anular la novena etapa de hoy entre Salta y Chilecito para reagruparse y darles tiempo a pilotos y equipos de descansar y acondicionar todo para los últimos días de competencia.

De esta manera, el tramo se realizó en enlace y la aventura dakariana perdió su gran atractivo: el especial Súper Belén de 406 kilómetros, en el que en vez de largar primero toda una categoría, y luego las siguientes, como cada día, iban a partir los diez primeros clasificados de cada clase de forma alternada, lo que iba a mezclar a los distintos vehículos en el trayecto.

La llegada de la caravana a Bolivia trajo los primeros inconvenientes. El viernes 6 se tuvo que acortar la prueba especial entre Tupiza y Oruro, mientras que el sábado 7 se anuló la etapa entre Oruro y La Paz, donde el domingo 8 se efectuó el día de descanso. Las dos etapas siguientes, La Paz-Uyuni y Uyuni-Salta, también sufrieron un recorte en su recorrido por la imposibilidad de transitar los caminos previstos originalmente.

Los motociclistas, que ayer fueron los primeros en salir a la ruta a las cuatro de la mañana, llegaron al vivac salteño pasadas las 22 y muchos se enteraron en ese mismo momento de la segunda anulación de la carrera en cuatro días. Algunos la aceptaron de buen grado y otros protestaron.

«Nosotros como pilotos debemos acatar la decisión de la organización, aunque en mi caso me complica porque era una especial en la que tenía pensado atacar. Pero hay situaciones que trascienden lo deportivo, como es este caso. Ante lo que ocurrió la carrera pasa a un segundo plano», dijo a dpa el chileno Pablo Quintanilla (Husqvarna), quien marcha segundo en la clasificación de motos a 20 minutos del inglés Sam Sunderland (KTM).

«Lo que está pasando es algo que la organización no puede controlar. Entiendo que se tomó esta decisión porque no se tenían más alternativas. Obviamente, es un poco frustrante porque todos venimos para correr y los fans también nos querían ver corriendo», afirmó el propio Sunderland.

«Me parece que la anulación es correcta porque se trata de una cuestión de seguridad. No hay que pensar tanto en nosotros, los profesionales, sino en los amateurs», dijo el español Juan Pedrero García, piloto oficial Sherco.

A quien no le cayó demasiado bien la cancelación fue al español Joan Barreda Bort (Honda), quien marcha noveno en la categoría de las dos ruedas por una penalización de una hora al cargar combustible en un lugar prohibido. Con esta segunda anulación la estrella de la casa nipona pierde una buena posibilidad de recuperar terreno.

«Aunque fuera primero, me gustaría que se corriera. Quieran o no este Dakar está quedando un poco descafeinado porque faltan kilómetros de carrera. Habría que buscar otra solución, se podría haber aplazado todo un día para hacer el reagrupamiento y correr el ‘Súper Belén’ un día más tarde. Me parece que cancelar la etapa fue lo más fácil», disparó.

Sin dudas, las malas condiciones climáticas reinantes en buena parte de Bolivia y el norte argentino le restaron brillo a esta edición del Dakar que se había promocionado como la más dura, algo que los propios protagonistas confirmaron tras los primeros días de carrera.

Tras el reagrupamiento de este miércoles, la acción del Dakar volverá con la décima etapa entre las ciudades argentinas de Chilecito y San Juan. Serán 751 kilómetros, de los cuales 449 corresponden a la prueba especial. Si el clima esta vez lo permite.

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