DENVER
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Esta vez, Tom Brady tuvo el apoyo del ataque terrestre y de una línea ofensiva más robusta. Como resultado, consiguió apenas su tercera victoria en 10 visitas a Denver.

Brady se sobrepuso a un mal comienzo y guió ayer a los Patriots de Nueva Inglaterra al inusitado triunfo por 16-3 en casa de los Broncos, que sufrieron un duro golpe en sus aspiraciones de avanzar a la postemporada.

El astro de los Pats erró sus primeros seis envíos apenas por segunda ocasión en su carrera. La primera vez que tuvo ese frío arranque fue el 12 de octubre de 2003, ante los Giants.

Sin embargo, el astro se recuperó para guiar a los Patriots (12-2) a su octavo título divisional en forma consecutiva, un récord. Así, Nueva Inglaterra tiene garantizado el descanso en la primera ronda de la postemporada.

«Esta sensación es maravillosa», dijo Brady.

Se mostró también fascinado por la victoria en Denver, el sitio en que sufrió una dolorosa derrota hace 11 meses, por 20-18, en la final de la Conferencia Americana. En aquel encuentro, fue golpeado en 23 ocasiones.

Esta vez, los Broncos llegaron a Brady sólo en siete ocasiones, la misma cifra que Von Miller tuvo en la final de conferencia. En todo el duelo dominical, Miller no le puso una mano encima a Brady.

Los Broncos, por su parte, vieron muy comprometidas sus aspiraciones de refrendar su título del Super Bowl.

Denver (6-8) cayó por tercera vez en cuatro duelos. Fue desplazado por Miami en el sexto lugar, último que reparte boletos de playoffs en la Conferencia Americana, cuando restan dos semanas para que concluya la campaña regular.

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