Yokohama
DPA
Impulsado por una extraordinaria racha de resultados desde que Zinedine Zidane asumió el mando, el Real Madrid comparecerá mañana en el Estadio Internacional de Yokohama ante el Kashima Antlers japonés decidido a conquistar el Mundial de Clubes que cierre un 2016 casi perfecto.
Aunque el rival sea menor y un auténtico desconocido en el panorama futbolístico, nada mejor que afrontar las Navidades y poner el broche al año alzando el trofeo que corona simbólicamente al mejor equipo del mundo.
A ello aspira el Real Madrid, cómodo líder de la Liga española de fútbol, después de levantar su undécima Copa de Europa el pasado mayo en Milán.
En las nutridas vitrinas del club español, luce apenas otro Mundial de Clubes, el logrado en Marruecos dos años atrás, aunque también hay tres Copas Intercontinentales, el título antecesor al actual torneo.
«Este trofeo tiene la máxima importancia para nosotros, venimos aquí para ganar», afirmó hoy Zidane, artífice de una fabulosa racha.
Casi nadie duda de que lo harán. Por la entidad del rival: el anfitrión y vigente campeón de la liga japonesa. Y por el aura que rodea a Zidane, que acompaña al técnico francés desde que asumió la dirección blanca.
Con él al frente, y con más efectividad y pundonor que juego, el Real Madrid ha encadenado 36 partidos invicto en todas las competiciones, récord histórico del club.
«Mi idea era hacer eso, intentar hacer grupo, ganar partidos. Soy positivo, aunque no lo parezca. Esperaba un Real Madrid así. Teniendo a estos jugadores era fácil», aseguró hoy el siempre sonriente y comedido Zidane.
«El rival nos lo va a poner difícil. Ellos han ganado tres partidos y han merecido estar en la final», añadió sobre el Kashima, que se deshizo del Nacional colombiano en las semifinales.
Para el duelo de mañana, el entrenador del Real Madrid podrá contar con el portugués Cristiano Ronaldo, buque insignia del club, y también con Sergio Ramos, el hombre de los goles en el último minuto, el más decisivo de las últimas finales.
Ramos anotó también el primer tanto de la final del Mundial de Clubes de Marruecos 2016 y fue considerado el mejor jugador de aquel torneo, que también tuvo sus consecuencias negativas.
Tras su conquista, el entonces Real Madrid de récord fue incapaz de mantener su claro liderato en la Liga y acabó cediendo ante el Barcelona, que se proclamó campeón español y selló un segundo triplete histórico.
«No hablamos de eso, pero lo tenemos presente. Los jugadores también. Las cosas no siempre se hacen de la misma manera», señaló hoy Zidane, como convencido de que también eso cambiará con él.