Madrid/Barcelona
DPA

El Barcelona apostó por invertir en plantel y hoy, cumplido el primer tercio de la temporada, se comienza a dudar de la rentabilidad de sus operaciones.

El club azulgrana se situó en pretemporada a la cabeza de los fichajes en el fútbol español al gastar 124 millones de euros (131.8 millones de dólares) en jugadores que fomentaran la competitividad dentro de un plantel que sufrió a finales de la pasada campaña. Una idea que ahora se cuestiona más que nunca visto lo ocurrido ayer.

El equipo de Luis Enrique no pasó del empate 1-1 en Copa ante el modesto Hércules, de la tercera categoría, después de un partido decepcionante protagonizado por sus suplentes.

El entrenador del Barcelona aprovechó la supuesta fragilidad del rival para dar minutos a todas sus incorporaciones: Jasper Cillessen, Samuel Umtiti, Lucas Digne, André Gomes, Denis Suárez y Paco Alcácer. Y el encuentro dejó señalados a casi todos.

«La verdad es que los suplentes demostraron por qué son precisamente eso, suplentes», afirmó hoy el diario «Sport», que calificó la actuación en Copa como «ridícula».

Algo parecido suscribió «Mundo Deportivo», que expuso: «La imagen del equipo azulgrana, plagado de no habituales, fue muy pobre y el Barça no fue capaz de derrotar a un conjunto de Segunda B. Se ha hablado mucho de la amplitud de la plantilla, pero ayer perdieron una oportunidad de oro para reivindicarse».

Se puede decir que 124 millones de euros después, el Barcelona sigue jugando con los mismos del año pasado cuando puede elegir. Al menos los partidos importantes. Con Andrés Iniesta recuperado, es casi seguro que Luis Enrique apueste por su once clásico para jugar el sábado ante el Real Madrid. Si acaso, sólo Umtiti tiene posibilidades de entrar.

Los casos más notorios son los de Paco Alcácer y André Gomes, ambos comprados al Valencia por una cantidad global de 65 millones de euros fijos, más otras cantidades en variables. Alcácer todavía no marcó desde que es jugador del Barcelona.

Pero no es sólo Alcácer. Un dato es profundamente llamativo: sólo un jugador del Barcelona hizo un gol saliendo desde el banquillo. Y fue Lionel Messi.

La situación contrasta poderosamente con la del Real Madrid, un equipo muy castigado por las lesiones y que en este primer tercio de temporada encontró suficientes soluciones en el banquillo a pesar de incorporar a su plantel a sólo dos jugadores, Marco Asensio y Álvaro Morata, éste lesionado actualmente.

Su técnico, Zinedine Zidane, halló soluciones en futbolistas como Nacho Fernández, Mateo Kovacic, Isco, Lucas Vázquez o el propio Morata durante diferentes momentos de la temporada.

Su eliminatoria de Copa contrastó profundamente con lo mostrado por el Barcelona. Los blancos ganaron 6-1 a la Cultural Leonesa con sus suplentes y un jugador como el hispano-dominicano Mariano aprovechó la oportunidad para hacer un «hat-trick».

Sin embargo, queda mucha temporada y tiempo suficiente para que los suplentes del Barcelona, y principalmente sus nuevos fichajes, reivindiquen el precio pagado y la confianza depositada por Luis Enrique, quien a comienzos de campaña calificó su plantel como «el mejor» que entrenó jamás. «Las notas, a final de temporada», le gusta decir al entrenador azulgrana.

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