Madrid/Londres
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Utilizar el arrastre de un héroe para engendrar nuevos campeones. Así se puede resumir la labor del tenis británico en los tiempos de Andy Murray, el hombre que cambió la historia de la raqueta en su país, el escocés que estrena hoy su posición como número uno mundial.

Antes de la aparición de Murray en los principales escenarios del tenis hace ya una década, las islas británicas acumulaban décadas de frustraciones. El país que «creó» el deporte estaba sumergido en decepciones año tras año. Murray fue el que espantó todos los fantasmas pese a la presión que había sobre sus hombros.

Nacido en Glasgow el 15 de mayo de 1987, Murray fue el primer británico en ganar un Grand Slam desde 1936, el que rompió la maldición de Wimbledon y el que lideró a Reino Unido a su primera Copa Davis en casi ocho décadas. Hoy se convirtió oficialmente en el primer británico en alcanzar el número uno del mundo desde que la ATP instauró los rankings en 1973.

Sin embargo, Murray no es precisamente un diamante moldeado por las estructuras del tenis británico. Con 15 años emigró a España y aterrizó en la academia de Emilio Sánchez y Sergio Casal, un paso clave en su carrera. Y los grandes éxitos no le llegaron hasta que contrató a Ivan Lendl como entrenador.

«No hay muchos tenistas (británicos) ahora mismo. Es algo muy sencillo y es así», se quejó Murray en 2013 cuando ganó su primer Wimbledon. «Me gustaría que hubiese más jugadores en el ‘top 100’ jugando los grandes torneos, pero no es el caso».

Tres años después, el tenis británico parece que empieza a despegar. El reciente US Open marcó un hito con Murray, Kyle Edmund y Johanna Konta en la cuarta ronda. Era la primera vez que tres británicos llegaban tan lejos en un mismo Grand Slam desde 1964.

«No hay duda de que el liderazgo de Murray ha sido muy motivador para todos», señaló recientemente a Sky Sports Annabel Croft, exjugadora británica y actual comentarista de televisión. «Creo que Andy ha sido un gran apoyo para otros compañeros, invitándolos a entrenar con él a Miami y estando muy cerca de ellos en las series de Copa Davis».

Murray ganó 43 títulos en total, entre ellos tres Grand Slam y 14 Masters 1000. Además, conquistó una Copa Davis y se colgó los oros de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. En la última cita olímpica fue además el abanderado de la delegación de Reino Unido.

¿Cómo aprovechar todos esos éxitos para fomentar la práctica del tenis y crear nuevos campeones? La Asociación Británica de Tenis (LTA) llevó a cabo un ambicioso programa tras la conquista de la Copa Davis el año pasado. Y es que la Ensaladera desató toda una fiebre por la raqueta. La final ante Bélgica la siguieron más de cinco millones de personas por televisión.

A través del «Davis Cup Legacy Programme», la LTA invirtió 11 millones de libras (unos 14 millones de dólares) en 68 proyectos para construir o mejorar 231 canchas por todo el país, según datos de la asociación.

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