Múnich
DPA
El 6-0 que el Bayern Múnich propinó al Werder Bremen en la apertura de la Bundesliga dejó en claro que el campeón germano no perdió ni un ápice de calidad bajo la batuta del nuevo técnico Carlo Ancelotti y que incluso podría ser más exitoso y menos misericordioso frente al arco.
«Fue una señal a la competencia de que estamos listos», dijo el arquero Manuel Neuer tras el festival de goles celebrado anoche en el Allianz Arena, con un triplete del polaco Robert Lewandowski.
El entrenador será nuevo, pero el dominio sigue siendo el sello distintivo del Bayern. Ancelotti pudo disfrutar de su debut en el campeonato alemán con la mayor goleada de un partido de arranque de la Liga.
«Fue un buen comienzo. Estoy contento», dijo el italiano. Ancelotti asumió la pesada carga de la sucesión de Josep Guardiola, con quien el Bayern conquistó siete títulos pero sin poder hacerse con la ansiada Liga de Campeones de Europa.
Los bávaros mostraron en la cancha un estilo claramente distinto del que practicaron con Guardiola, pero dominaron como lo hicieron estos últimos años, en los que hilvanaron cuatro Ligas consecutivas.
Ancelotti da rienda suelta a sus estrellas, les otorga libertad en el terreno y acelera el juego ofensivo con pases verticales. Un fútbol veloz hacia el arco distinto al fútbol de posesión del balón de Guardiola.
Neuer encontró las mejores palabras para describir el cambio de Guardiola a Ancelotti: «Pep era un técnico que siempre trataba de intervenir, que siempre estaba parado junto a la línea de banda y trataba de ayudar. Con su carácter sosegado, nuestro nuevo entrenador intenta insuflar confianza para que nosotros mismos tomemos las decisiones en la cancha».
El Bayern dio muestras de estar gozando de la libertad y la creatividad que propone Ancelotti. «Jugamos muy ofensivos, generamos muchas ocasiones y marcamos seis goles», resumió un muy satisfecho Lewandowski, el máximo goleador de la temporada pasada de la Bundesliga.
También anotaron Xabi Alonso, Philipp Lahm y Franck Ribéry. Ancelotti anunció una botella de champán de recompensa para el capitán Lahm por un gol excepcional.
