Río de Janeiro
DPA

Se rompieron récords y con el estadounidense Michael Phelps volvió un mito de la natación, pero los primeros Juegos Olímpicos de Sudamérica también tienen otra cara que ofrecer tras una semana de competiciones en Río de Janeiro.

La ciudad carioca tuvo que bregar con varias dificultades en los primeros días, desde tribunas vacías hasta los crónicos problemas de inseguridad de Río, que contrastaron con momentos estelares como el oro brasileño ganado por Rafaela Silva, la judoca criada en una favela, la conocida barriada de Ciudad de Dios.

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Estos son algunos de los problemas que tuvo hasta ahora la ciudad olímpica:

DISPAROS

En el Centro Olímpico de Hípica de Deodoro, en el noroeste de Río, se encontraron dos balas perdidas. Una impactó en la carpa en la que está el centro de prensa, el cartucho del segundo proyectil fue hallado en los establos. Las competiciones hípicas tienen lugar dentro de un complejo militar y por ahora no está claro del todo quién disparó las balas. Después del primer disparo, las autoridades indicaron que éste había sido hecho desde una favela cercana.

ATAQUES

Un autobús con 12 periodistas fue atacado durante un viaje entre dos sedes olímpicas y dos personas resultaron heridas levemente después de que se rompieran dos cristales. La policía dice que se trató de piedras lanzadas contra el vehículo y el conductor recibió críticas por detener el autobús en lugar de alejarse rápidamente. En Río hubo este año decenas de asaltos en los que los ladrones se llevaron autos o robaron a los pasajeros. También la policía fue blanco de ataques: justo el miércoles fue tiroteada una unidad militar en la ciudad, entre los heridos había uno de gravedad.

ESTADIOS VACÍOS

Incluso en las competiciones de vóley-playa, uno de los deportes que apasiona a los brasileños, se vieron gradas vacías. Las cifras oficiales dicen que se ha vendido el 80 por ciento de las entradas, pero, además de los tickets no usados por los patrocinadores, otra causa para la falta de público son los problemas de organización. El primer día, según cálculos del periódico «Folha de Sao Paulo», unas 40.000 plazas se quedaron vacías por culpa de las filas. Muchos espectadores, simplemente, no pudieron entrar debido a los estrictos controles de seguridad y la falta de personal. Pero también porque muchos autobuses tardaron más de lo previsto en el transporte hasta las sedes olímpicas. Una de las nuevas medidas para afrontar el problema es regalar entradas a escolares para llenar los estadios.

MAL SUMINISTRO

En los primeros días hubo problemas con el suministro de comida y agua en el Parque Olímpico de Barra da Tijuca, la sede central de los Juegos en el oeste de la ciudad, pero sobre todo en el complejo de Deodoro, un poco más al norte. A muchos espectadores se les tuvo que dejar salir de las instalaciones para que pudieran comprarse algo de comer o de beber fuera. Una de las medidas tomadas luego para intentar solucionar eso fue repartir botellas de agua gratis.

CRÍTICAS A LAS INSTALACIONES

Los problemas por el mal estado de muchas instalaciones olímpicas empezaron ya antes de los Juegos, cuando la delegación de Australia, por ejemplo, puso el grito en el cielo y se negó a entrar en la Villa Olímpica, porque consideraba «inhabitables» sus apartamentos. La entrenadora del equipo de tenis alemán, Barbara Rittner, también se quejó de la suciedad en los vestuarios o en la propia Villa de los Atletas. Muchas cosas están rotas o instaladas de forma provisional, explicó Rittner. Para solucionar los problemas en la Villa se tuvo que contratar en los días previos a la inauguración a unos 600 trabajadores y obreros para hacer labores de urgencia.

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