Río de Janeiro
DPA

La ciclista estadounidense Kristin Armstrong hizo historia hoy en los Juegos de Río de Janeiro al coronarse campeona olímpica por tercera vez consecutiva en la prueba contrarreloj.

La victoria tuvo tintes épicos, debido a la lluvia caída en Barra de Tijuca y a que durante la mitad de la carrera la norteamericana de 42 años sufrió un sangrado en sus fosas nasales.

Armstrong, que también había sido campeona en Pekín 2008 y Londres 2012, se coronó con un tiempo de 44:26:42 minutos y se impuso apenas por cinco segundos sobre la rusa Olga Zabelinskaya (44:31:97), medallista de plata, y sobre la holandesa Anna van der Breggen (44:37:80), que se llevó el bronce.

La estadounidense, que era la ciclista más veterana de las 25 competidoras, se convirtió hoy en la máxima ganadora de medallas de oro de la especialidad y suma así apenas un oro menos que la legendaria holandesa Leontien van Moorsel, ganadora de un total de seis medallas olímpicas de ciclismo.

Una vez arribada a la meta, en la costa de la Playa de Pontal, al oeste de Río de Janeiro, Armstrong estalló en llanto y se abrazó con su hijo Lucas, de cuatro años. La escena remitió inevitablemente al famoso dicho popular: sangre, sudor y lágrimas.

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