BAKU, Azerbaiyán
AP
Las restricciones de comunicación por radio entre los pits y el piloto impuestas por la Fórmula Uno tuvieron un papel decisivo en el Gran Premio de Europa el domingo, cuando Nico Rosberg recibió ayuda para resolver una falla técnica de motor rumbo a una cómoda victoria mientras que Lewis Hamilton, su compañero de la escudería Mercedes y rival por el título, terminó frustrado al no tener ayuda para corregir un problema idéntico y cruzó la meta en un alejado quinto sitio.
Pese a que se esperaba una jornada mermada por accidentes y períodos de seguridad en el apretado circuito, el auto de seguridad no salió de los pits mientras Rosberg superaba por 16,6 segundos al alemán Sebastian Vettel, de Ferrari.
El mexicano de la escudería Force India, Sergio Pérez, rebasó el Ferrari de Kimi Raikkonen en la penúltima vuelta para subir al podio con el tercer lugar.
El actual campeón Lewis Hamilton, que arrancó en la carrera en la 10ma posición después de chocar su auto en la prueba clasificatoria del sábado, subió hasta el quinto puesto luego de tan solo 10 vueltas y seguía avanzando hacia una potencial pelea por el título con Rosberg cuando su motor empezó a fallar.
Rosberg había realizado el mismo ajuste en el motor que Hamilton durante la carrera, y sufrió el mismo problema, pero el equipo le indicó rápidamente que esa modalidad resultaba problemática y que debía regresar al ajuste original.
Hamilton, sin embargo, había arrancado el motor en esa modalidad, por lo que el equipo al principio no supo detectar cuál era la causa del mal rendimiento. Una vez que el asunto fue detectado, y mientras Hamilton rogaba por el radio que el equipo le informara cómo corregir el problema, el equipo no tenía permitido decírselo.
Bajo las nuevas reglas diseñadas para darle una mayor carga a las habilidades de los pilotos, los equipos tienen prohibido dar información a los pilotos sobre cómo cambiar las modalidades de los motores.
El problema se resolvió por sí solo más adelante en la carrera, y Hamilton inmediatamente estableció la vuelta más rápida, pero para entonces ya no contaba con el tiempo suficiente para alcanzar a los autos al frente, lo que ocasionó que el británico cuestionara la lógica detrás de las restricciones.