Lille
DPA
El seleccionado de Eslovaquia venció hoy 2-1 a Rusia en el segundo partido del Grupo B de la Eurocopa en el Stade Pierre-Mauroy y se recuperó tras la caída inicial ante Gales.
Con goles de Vladimir Weiss y Marek Hamsik, en la primera parte, los eslovacos consiguieron tres puntos vitales para soñar con los octavos de final. Rusia, que descontó a falta de diez minutos a través de Denis Glushakov, quedó en una situación delicada con un empate y una caída.
En este mismo grupo, mañana jugarán el clásico británico Inglaterra y Gales, en Lens.
Pese a marcharse 2-0 al entretiempo, Eslovaquia terminó sufriendo en los últimos minutos ante el acecho de una Rusia desesperada, que con la caída queda muy comprometida para avanzar en el torneo.
Eslovaquia prácticamente sentenció el partido en la primera parte gracias a una efectividad implacable. Dos remates a puerta, dos goles en 45 minutos.
Rusia dominó el territorio y la posesión (62% a 38%) propuso una formación más ofensiva y verticalizó el juego a través de Fedor Smolov.
El número «10» ruso generó la situación más clara de la primera parte, a los 28 minutos, cuando desvió por centímetros un remate frontal desde fuera del área.
La posición adelantada en el campo de Rusia y los jugadores involucrados en el ataque dejaron blancos que una Eslovaquia pragmática supo explotar con contragolpes al mejor estilo de los equipos del portugués José Mourinho, como sucedió a los 32 minutos.
La rígida línea de cuatro defensas, bien adelantada, dejó a recibir solo Vladimir Weiss un pelotazo cruzado del hábil Marek Hamsik desde su propio campo. Weiss controló y, en un solo amago, dejó en el camino a los dos centrales rusos. Terminó la jugada con una definición cruzada perfecta para anotar el 1-0.
La zaga de Rusia volvió a quedar en evidencia cuando llegaba el descanso. A los 45 minutos, las figuras eslovacas invirtieron los roles para ampliar el marcador.
Weiss ejecutó un córner en corto para Hamsik, la defensa rusa tardó en reaccionar y el volante del Napoli se quitó de encima a Oleg Shatov y, con su pierna inhábil, mandó la pelota al ángulo para el sorpresivo 2-0 en Lille.
Así, con dos tiros al arco, Eslovaquia rompió la marca del portero Igor Akinfeev de 24 partidos seguidos sin conceder más de un gol para Rusia. La selección moscovita, en total, llevaba 35 juegos sin recibir más de un tanto.
El entrenador ruso, Leonid Slutski, dispuso dos cambios en el inicio del segundo tiempo. Ingresaron Pavel Mamaev y Denis Glushakov y Rusia apostó todo lo que tenía al ataque.
Luego de los festejos de los eslovacos, el grito de «Nuzhen gol» («Necesitamos un gol») de los hinchas rusos retumbaba en el Stade Pierre-Mauroy por el efecto del estadio techado, según dispuso la organización para preservar el campo de las intensas lluvias de los últimos días en Lille.
Ante Eslovaquia, los hinchas rusos enderezaron su comportamiento tras una violenta lucha con los ingleses, en Marsella, el sábado, que dejó 35 heridos. La amenaza de suspensión para la selección de Rusia en caso de nuevos incidentes pareció funcionar ya que en Lille no se registraron hechos violentos.
Sólo pudieron descargarse con el tardío gol de Glushakov, a falta de diez minutos, en medio de un desorden general producto de la desesperación por marcar.
El tanto de descuento llegó tras un rebote que tomó Shatov y centró muy bien para el cabezazo del ingresado Glushakov. Luego, fue demasiado tarde para un empate.
Con el triunfo, Eslovaquia recupera terreno en el Grupo B tras la caída inicial ante Gales, que mañana choca con Inglaterra en el clásico británico.
Rusia, que apenas pudo conseguir un empate agónico en el debut ante Inglaterra, deberá vencer a Gales en su último partido del grupo, el lunes 20, en Toulouse.
