Lille
DPA

La selección rusa de futbol pidió hoy calma a sus fans para evitar ser expulsados de la Eurocopa de Francia, pero también culpó a los hinchas ingleses de los actos de violencia que sacudieron Marsella el fin de semana.

«Sean objetivos. En un conflicto siempre son necesarios dos lados. No se puede decir que los rusos son los únicos culpables», dijo el delantero Artem Dzyuba durante la rueda de prensa previa al duelo con Eslovaquia en la segunda jornada del Grupo B.

Dzyuba no entiende «que la prensa inglesa vea a sus fans como ángeles que se portan bien», aunque también pidió a los hinchas de su país que detengan los actos violentos.

El seleccionador, Leonid Sluzki, coincidió con su jugador. «Estoy de acuerdo», dijo. «Estamos seguros de que no nos expulsarán y que no habrá una injusticia».

No obstante, el técnico apeló a los fans rusos para que no provoquen más disturbios durante la Eurocopa de Francia, ya que el equipo podría quedar fuera del torneo de forma fulminante.

La Comisión de Disciplina de la UEFA había advertido poco antes en París que la selección rusa sería expulsada inmediatamente de la Eurocopa si sus ultras vuelven a causar altercados como los de Marsella.

La federación rusa, que fue además castigada con una fuerte multa de 150.000 euros, renunció a recurrir la sanción.

Moscú mostró además su comprensión por la expulsión de ultras rusos de Francia.

Poco antes del final del partido del sábado contra Inglaterra, que terminó con 1-1, ultras rusos atacaron a fans del equipo rival en el estadio Velodrome de Marsella.

La selección juega mañana en Lille contra Eslovaquia su segundo partido del torneo continental, mientras que cierra la fase de grupos el domingo en Toulouse contra Gales.

Ayer, dos aficionados británicos fueron condenados a prisión tras la brutal batalla con hinchas rusos que protagonizaron el sábado en Marsella durante la Eurocopa de fútbol en Francia.

Según medios franceses, un tribunal de la ciudad mediterránea condenó a los «ultras» de 41 y 20 años con penas de tres y dos meses de prisión, respectivamente.

Los dos hinchas reconocieron haber lanzado botellas de vidrio a la policía, por lo que deberán dejar el torneo y no podrán regresar a Francia por dos años.

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