Orlando
DPA

Acostumbrada a contar con líderes extravagantes y carismáticos como Ronaldinho y Neymar, Brasil se despertó hoy alabando a Philippe Coutinho, un tipo bajito con cara de niño, voz apenas audible y pasado sobrio.

Su «hat-trick» ayer en la goleada 7-1 de la «Canarinha» a Haití convirtió al joven mediocampista del Liverpool en el máximo anotador provisional de la Copa América Centenario y en la nueva esperanza de Brasil en el torneo continental que desde el sábado se disputa en Estados Unidos.

Después del decepcionante empate 0-0 cosechado por la selección brasileña ante Ecuador en el primer partido de la competición, la impactante aparición de Coutinho en el segundo choque fue la mejor noticia para un equipo que, sin Neymar -a quien el Barcelona permitió participar sólo en los Juegos Olímpicos de Río-, buscaba un líder que supliera al astro azulgrana, de rodaje en Hollywood estos días.

«Yo siempre busco evolucionar y aprovechar las oportunidades», señaló, con extrema modestia, Coutinho tras su festival goleador.

Para ello, y después de cuajar un primer encuentro más bien mediocre ante Ecuador, Coutinho necesitó de unas cuantas charlas con Carlos Dunga, su seleccionador.

Como ya había hecho en 2015 en la Copa América de Chile, el técnico brasileño tuvo que convencer de nuevo a Coutinho de su capacidad para suplir por el carril izquierdo al habilidoso Neymar.

El destape de Coutinho, de 23 años, tampoco sorprendió a los seguidores de la Premier League inglesa, donde el mediocampista ya se consagró en la temporada 2014-15, dos años después de haber aterrizado en el Liverpool y tras haber pasado una campaña cedido en el Inter de Milán (2012-13), que lo compró cuando sólo tenía 16 años.

Desde que arribó a la ciudad de los Beatles, Coutinho ha anotado 26 goles, 10 de ellos en la pasada campaña, la más fructífera de la nueva esperanza brasileña.

A los ocho tantos en la Premier, el volante sumó otros dos más en la Liga Europa y, sobre todo, 882 pases buenos en la competición doméstica, una media de 34 por partido.

Sus dotes de asistente fueron el mejor argumento para que se ganara la confianza de Jürgen Klopp, después de que el entrenador alemán sustituyera al norirlandés Brendan Rodgers al frente del banco del Liverpool en octubre de 2015.

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