Los Ángeles
DPA

El Oklahoma City Thunder recuperaron la ventaja en la final de la Conferencia Oeste de la NBA al vencer por un inapelable 133-105 en el tercer encuentro de la serie ante unos Golden State Warriors completamente superados por un rival encendido.

El Thunder ofreció un recital en la noche del domingo bajo el mando de su dúo estelar. Kevin Durant anotó 33 puntos y Russell Westbrook añadió 30 tantos y 12 asistencias. Además, Serge Ibaka añadió 14 puntos y los reservas Dion Waiters y Andre Robertson agregaron 13 cada uno.

«Fuimos capaces de mover bien el balón, penetrar, conseguir puntos en la pintura y correr», resumió a Durant.

El Thunder mostró su mejor versión tras la derrota 118-91 en el segundo partido. «Todos aportaron y el equipo jugó a gran nivel en ambas partes de la cancha. El movimiento de balón fue bueno y todos se involucraron», añadió Billy Donovan, técnico de los Thunder.

El conjunto local dejó sentenciado el triunfo en el final del segundo cuarto gracias a un parcial 32-7 que le permitió llegar al descanso con una clara ventaja 72-47.

«Hicimos tiros demasiado rápidos. No les obligamos a defender y eso es la muerte aquí», razonó Steve Kerr, el entrenador de los Warriors.

El momento de inflexión ocurrió a 5:57 para el final del segundo cuarto. Con 48-40 para los Warriors, Draymond Green cometió una falta flagrante sobre Steve Adams al golpear con una pierna sus genitales. Esa acción desató la furia deportiva en los Thunder.

A partir de ahí, el conjunto local fue un huracán. No sólo supo mezclar juego interior y exterior en ataque, sino que dio una auténtica lección de cómo defender a un rival tan indescifrable como los Warriors.

El actual campeón de la NBA actuó desconcertado como pocas veces antes se le vio, sin ninguna capacidad de respuesta y con todas sus estrellas rindiendo a su peor nivel. El marcador 117-80 al final del tercer cuarto lo dice todo.

Stephen Curry hizo 24 puntos y Klay Thompson añadió 18 para unos Warriors que apenas alcanzaron el 41 por ciento de acierto en los lanzamientos y se quedaron en 10 de 33 en triples.

«Nos patearon el culo. No competimos lo suficientemente bien y los Thunder merecieron este triunfo», explicó Kerr.

El cuarto encuentro de la serie se jugará mañana y presentará a unos Warriors más que exigidos. «Hemos estado 2-1 en otras ocasiones y siempre fuimos capaces de elevar la intensidad. No es tiempo de entrar en estado de pánico. Tenemos que regresar a nuestra esencia y todo irá bien», resumió Thompson.

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