Barcelona
DPA
Max Verstappen escribió historia y de la importante ayer en España: con 18 años y 228 días, y sobre un auto en el que debutaba, el holandés ganó el primer Gran Premio de su carrera y se convirtió en el piloto más joven en conseguirlo.
«Increíble». El jefe de equipo de Red Bull, Cristian Horner, no podía dar crédito de lo que había sucedido. El movimiento de pilotos que llevó al ruso Daniil Kvyat a Toro Rosso y trajo a Verstappen al primer equipo de la bebida energizante no había podido salir mejor.
«Es el día de Max. Felicitaciones para él y para su equipo», celebró el alemán Sebastian Vettel, que vio como el joven talento le quitó el honor que tenía de ser el piloto más joven en ganar una prueba en la categoría reina del automovilismo mundial.
A Jos Verstappen, su padre, le faltaban las palabras. Su hijo, con apenas 18 años, ya logró lo que él no pudo en 107 carreras en la Fórmula 1: obtener un triunfo. Mientras recorría los boxes del Circuito de Cataluña y se sacaba las lágrimas con un pañuelo alcanzó a expresar su alegría. «Esto es increíble, pero se lo merecía. Fue una locura cómo pilotó», expresó el excompañero de Michael Schumacher en el equipo Benetton.
Su hijo había soportado la presión de las Ferrari de Vettel y del campeón del mundo de 2007, Kimi Raikkonen, sin cometer equivocaciones.
«No tengo ninguna respuesta, salvo que quitarme el sombrero. Es el talento del siglo», lo elogió Niki Lauda, ganador de tres títulos del mundo y jefe del consejo de vigilancia de la escudería Mercedes.
Verstappen cortó así un largo período de sufrimiento para Red Bull, que no ganaba un Gran Premio desde el 24 de agosto de 2014, cuando el australiano Daniel Ricciardo se impuso en Spa-Francorchamps. Casualidad del destino o no, aquella vez en Bélgica, un toque entre los Mercedes de Lewis Hamilton y Nico Rosberg facilitó la victoria del equipo austríaco. Hoy la historia se repitió.
El regreso a la cima del podio también coincidió con la visita del propietario de Red Bull, Dietrich Mateschitz, que, exultante, aplaudió a los mecánicos en los boxes tras la victoria.
El resultado aplacó cualquier tipo de polémicas respecto a la degradación de Kvyat, obligado a ir al equipo B para darle lugar a Verstappen, decisión que había provocado fuertes críticas antes del Gran Premio español.
Ahora ya nadie duda que Red Bull tiene una nueva joya con Verstappen, un adolescente que no tenía licencia de conducir cuando debutó en la Fórmula 1 y que sumó sus primeros puntos con 17 años, cuando finalizó séptimo en su segunda carrera en la categoría.
En España completó su primera obra maestra. «Se siente increíble», afirmó Verstappen, que lo primero que hizo fue recordar a su padre, ése que nunca pudo subir a lo más alto del podio en la Fórmula 1: «Me ayudó desde muy chico para conseguir esto».








