Los Angeles
DPA

Los Golden State Warriors sumaron en Houston su victoria más cara: ganaron 121-94 a los Rockets en el cuarto partido de la serie de primera ronda de los playoffs, pero perdieron a Stephen Curry por una lesión en la rodilla derecha que paralizó a toda la NBA.

Los primeros rumores apuntan a un esguince de rodilla. Si así fuera, y dependiendo del grado, podría estar entre dos semanas y un mes de baja. Pero son sólo estimaciones vagas. Durante el día de hoy será sometido a una resonancia magnética para realizar un diagnóstico más preciso.

«No sabré nada hasta mañana», dijo Curry, de 28 años, anoche en la cancha de los Rockets. «Me resbalé y caí»

La jugada ocurrió en el instante final de la primera parte del partido. Curry defendió una extraña posesión de los Rockets y resbaló en la cancha. Su rodilla derecha fue la que más sufrió.

Curry, máxima estrella actualmente en la NBA, se dio cuenta inmediatamente de que algo no iba bien y se marchó al vestuario. Intentó regresar, pero justo antes de comenzar la segunda mitad tuvo que abandonar definitivamente.

«Volvió para intentar moverse, pero no estaba bien», dijo después su entrenador, Steve Kerr. «Quería seguir jugando, pero no le dejamos».

A pesar de la lesión de su mejor hombre, los Warriors, que batieron recientemente el récord de victorias en la temporada regular con 73 triunfos, comandan su llave ante los Rockets por 3-1.

Fue todo un golpe para un jugador que ya se perdió los dos anteriores encuentros de la serie por una lesión de tobillo. Nada grave, y menos en comparación con lo que ahora puede tener.

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