KISSIMMEE, Florida, EE.UU.
AP
José Altuve es uno de sólo un puñado de Astros que soportaron el proyecto de reconstrucción del equipo.
Así que tiene sentido que el segunda base apreciara el regreso de Houston a la postemporada el año pasado un poco más que el resto de los peloteros. Esa es una razón por la que el venezolano está ansioso por ayudar al equipo a lograr incluso más en 2016.
«Significa mucho», dijo Altuve. «Fue un año realmente bueno. Fue algo por lo que luchamos. Queríamos ser un equipo de playoffs. Nadie pensó que iba ser el año pasado, pero tenemos el equipo para repetirlo».
El juego de Altuve fue instrumental para que Houston apareciera en postemporada por primera vez desde 2005.
Los Astros vencieron a los Yankees en el juego de comodines antes de caer ante el eventual campeón Kansas City en la serie divisional de la Liga Americana.
El pelotero, tres veces seleccionado para el Juego de Estrellas, acumuló 200 hits para liderar el joven circuito en esa categoría por segunda temporada consecutiva. Ganó el Guante de Oro y el Bate de Plata en una campaña en la que fue tercero en porcentaje en la Liga con.313 y lideró la Americana por segundo año en fila tras robar 38 bases.
En 2015, su cuarta temporada completa en las Grandes Ligas, su desempeño estelar fue eclipsado de alguna manera por el surgimiento del campocorto Carlos Correa, quien fue el Novato del Año de la Liga Americana, así como por el zurdo Dallas Keuchel, quien ganó su primer premio Cy Young.
Fue un gran contraste respecto a sus primeras dos temporadas completas con los Astros, cuando Altuve fue lo único brillante en equipos que perdieron 107 juegos en 2012 y 111 (la peor marca en la historia de la franquicia) al año siguiente.
Altuve relató un momento del día posterior a que Houston avanzó a la serie divisional de la Liga Americana. Fue entonces cuando reflexionó sobre su tiempo con los Astros y lo lejos que habían llegado desde sus tres temporadas consecutivas con al menos 100 derrotas, cuando eran el hazmerreír del béisbol y a menudo se referían a ellos como los «Lastros» (un juego de palabras con el vocablo en inglés «last» que significa último) por siempre terminar en el sótano de los standings.
