Barcelona
DPA

Aunque la Real Academia de la Lengua Española no haya aceptado aún el término, el argentino Diego Simeone ha impuesto el «cholismo» en el fútbol español sin pedir permiso y a lo grande.

Su último logro remite a lo sucedido el sábado en el estadio Santiago Bernabéu y a un Atlético de Madrid que, movido por el «Cholo» Simeone desde el banco, alcanzó el inédito logro de llevarse su tercer derbi consecutivo de Liga en campo rival.

«Ahora, tomamos con naturalidad la posibilidad de ganar aquí», proclamó un exultante Simeone, después de que su equipo derrotara por 1-0 a su rico vecino y provocara el adiós definitivo de los blancos a la Liga.

«Somos esto; fuimos el Atlético de Madrid», añadió el entrenador argentino de los rojiblancos, rebosando «orgullo», por más que algunos denoten el fútbol de su equipo.

El Atlético aguarda el fallo del Barcelona desde la segunda posición de la Liga y Simeone no engaña a nadie. Desde que arribó al Manzanares en la temporada 2011-12, todo el mundo sabe cómo juega su equipo.

Y quien más, sus jugadores, que cumplen a rajatabla el plan diseñado desde el inicio por el técnico argentino y sus colaboradores.

«Quiero ver a un equipo fuerte, aguerrido, veloz y contragolpeador. Tenemos que tener claro a lo que jugamos. Esas son las señas de identidad históricas del Atlético y eso es lo que quiero recuperar», anunció Simeone a su llegada al banco rojiblanco.

Lo ha cumplido. El fútbol del Atlético no encandila. Pero es tremendamente efectivo, gana títulos y, en las tres últimas temporadas, ha logrado superar hasta en siete duelos al Real Madrid.

Al clásico de la capital española del sábado en el Santiago Bernabéu se suman los de las dos campañas anteriores, el humillante 4-0 en el estadio Vicente Calderón de la temporada pasada, la ida de los octavos de final de la Copa del Rey de 2015, la vuelta de la final de la Supercopa española de 2014 y la sonada final de Copa de 2013, que puso fin a 14 años sin victorias frente al equipo blanco.

El Real Madrid, no obstante, se llevó los dos choques más importantes: la final de la Liga de Campeones de la temporada 2013-14 en la prórroga y, la pasada campaña, los cuartos de final de la competición europea de manera agónica.

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