Barcelona/Madrid
Agencia dpa

El Real Madrid ofreció ayer un festival de futbol y goles frente al Espanyol y, con un sonrojante 6-0 en la vigésimo segunda fecha de la Liga española, volvió a recortar distancias respecto a Barcelona y Atlético de Madrid.

Un cuarto de hora le bastó al equipo dirigido por Zinedine Zidane para sentenciar el duelo frente a los blanquiazules y rebajar a cuatro -aunque con un partido más- los siete puntos que le separaban del Barcelona (51) cuando pisó el césped del estadio Santiago Bernabéu.

Los blancos nunca habían saltado a la cancha a tanta distancia del líder. Pero, en un abrir y cerrar de ojos, y tras el tropiezo de la pasada fecha en la cancha del Betis, la diferencia volvió a números asequibles.

La caída del Atlético el sábado ante el Barcelona apretó la lucha entre los perseguidores: los rojiblancos (48) sólo aventajan en un punto al Real Madrid (47).

Pero mientras los dirigidos por el argentino Diego Simeone se desfondaron el sábado para acabar cediendo en el Camp Nou, los de Zidane se regalaron una fiesta de juego y goles ante su hinchada, incluyendo un «hat-trick» de Cristiano Ronaldo.

Encantados los futbolistas con su nuevo técnico, el Real Madrid funcionó en todas sus líneas mientras quiso jugar.

El francés Karim Benzema abrió el marcador ya en el minuto siete de partido al rematar de cabeza un perfecto centro de James Rodríguez, autor, en el 15′, del tercer gol madridista con una preciosa rosca desde el borde del área.

Entre uno y otro tanto, Cristiano Ronaldo anotó un penal (11′) que él mismo provocó; puso el cuarto del Real Madrid justo antes de la pausa con una espectacular jugada personal que tuvo velocidad, un par de regates y un fantástico disparo. Y ya en la segunda parte, rubricó su «hat-trick».

Con 45 minutos aún por jugar, todo apuntaba a una sangría, pero el Real Madrid levantó el pie del acelerador y la demoró. El Espanyol, que fue una mera comparsa durante todo el primer acto, pudo maquillar su imagen en la segunda parte, pero no su realidad: tan sólo dos puntos en los últimos ocho partidos.

Mermado por la llamada «cláusula del miedo» -Burgui y Asensio, cedidos por el Real Madrid, no pudieron jugar-, las sanciones (Héctor Moreno y Víctor Álvarez) y las lesiones (Felipe Caicedo), el equipo dirigido por el rumano Constantin Galca fue un juguete roto ante el vendaval blanco.

Ofensivamente, los blanquiazules apenas rondaron el arco del costarricense Keylor Navas a la vuelta de la pausa, cuando el Real Madrid, con su tremenda ventaja, se echó una siesta y el paraguayo Hernán Pérez aprovechó para llevar algo de peligro.

En defensa, el desastre pudo ser de proporciones vergonzosas para el Espanyol de no ser por que los de Zidane parecieron satisfechos con el botín de la primera parte y reservaron los dos últimos tantos para el cuarto de hora final.

Con absoluta placidez, como ya había sucedido en los dos partidos anteriores de Zidane ante su hinchada y también en el partido de la primera vuelta frente al Espanyol, el Real Madrid sumó una victoria que lo acercó a sus rivales en la cima, confirmó los nuevos aires que se respiran con Zidane y le permite seguir soñando con dar un vuelco a la Liga, pese al mullido colchón del Barcelona.

En el resto de partidos de la jornada, que implicaban a tres de los semifinalistas de la Copa del Rey -el cuarto es el Barcelona-, el Sevilla logró su décima victoria consecutiva en casa al imponerse 3-1 al colista Levante, el Valencia sufrió su primera derrota en el estadio de Mestalla al caer 1-0 ante el Sporting de Gijón y el Celta de Vigo se quedó en el último suspiro con las manos vacías en su duelo frente a Las Palmas, que lo superó por 2-1.

La vigésimo segunda fecha de la Liga se cerrará el lunes con el Deportivo-Rayo Vallecano.

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