Luque, Paraguay
Agencia dpa

En medio de la mayor crisis de su centenaria historia, la Conmebol realizará mañana una reunión de emergencia en la que buscará poner algo de orden en medio del desconcierto que reina en la entidad.

El imponente cuartel de la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol) en la ciudad paraguaya de Luque, en las afueras de Asunción, será el escenario de una extraña reunión de comité ejecutivo en la que habrá más ausencias que presencias.

La lista de ausentes comienza por quien aún figura como presidente de la entidad, el paraguayo Juan Ángel Napout, que fue detenido hace una semana en Zúrich en un nuevo capítulo del mega-escándalo que sacude al futbol internacional y ya aceptó su extradición a Estados Unidos.

Se espera que el uruguayo Wilmar Valdez, el único de los tres vicepresidentes de la Conmebol que no está detenido, asuma mañana oficialmente el comando del organismo en reemplazo de Napout, que un día después de su arresto fue suspendido por la comisión de ética de la FIFA por 90 días.

Valdez, quien hace menos de dos años era el vicepresidente de Rentistas, un humilde club uruguayo, se convertiría así en el cuarto jefe de la organización sudamericana desde mayo de 2013. Los tres anteriores -el paraguayo Nicolás Leoz, mandamás durante 27 años desde 1986, el uruguayo Eugenio Figueredo y Napout- ya cayeron bajo el látigo de la justicia estadounidense.

«No tenía programado ser presidente de la Conmebol, pero estas cosas vienen así y no se eligen. Hay que afrontar la situación, el futbol sudamericano es demasiado importante en el mundo como para estar sin conducción», afirmó Valdez, quien una vez conocida la detención de Napout viajó inmediatamente a Asunción para coordinar la transición.

De asumir el mando de la Conmebol, Valdez debería dejar su cargo como presidente de la Asociación Uruguaya de Futbol (AUF). El rompecabezas que se debe rearmar, sin embargo, abarca a todos los estamentos del futbol sudamericano.

El venezolano Rafael Esquivel y el chileno Sergio Jadue, los otros dos vicepresidentes de Conmebol en la gestión de Napout, ya no forman parte del comité ejecutivo tras ser detenidos. Jadue, quien hasta hace pocas semanas presidía la asociación chilena, se declaró culpable en el marco de la investigación que lleva adelante la fiscal Loretta Lynch por la trama de sobornos en la cesión de los derechos comerciales y televisivos de múltiples torneos.

El boliviano Carlos Chávez Landívar, tesorero de Conmebol y extitular de su federación, se encuentra preso desde hace cuatro meses por una causa judicial en su país, mientras que el argentino José Luis Meiszner, secretario general de la entidad, se entregó ayer a la Justicia.

Otro cargo que está vacante es el del ecuatoriano Luis Chiriboga, uno de los directores de Conmebol, que fue imputado la semana pasada por la fiscalía estadounidense junto a otros 15 directivos de las Américas y se encuentra en prisión preventiva en su país.

También el expresidente de la Federación Colombiana Luis Bedoya, que ya confesó en Estados Unidos, y Marco Polo del Nero, que pidió licencia como presidente de la Confederación Brasileña, dejaron recientemente sus cargos en Conmebol.

De esta manera, además de Valdez, sólo Luis Segura -quien aún debe definir su continuidad como presidente de la Asociación del Futbol Argentino (AFA) tras una fallida y escandalosa votación-, el paraguayo Alejandro Domínguez y el peruano Edwin Oviedo pueden aferrarse aún a sus puestos. En total, por lo menos ocho de los 12 cargos del ejecutivo contemplados originalmente en los estatutos se encuentran en el limbo.

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