Miami
Agencia dpa

Hace tiempo que en el béisbol de Estados Unidos no ganan los más ricos y poderosos. El triunfo de los Reales de Kansas City en la Serie Mundial es el de un equipo de una ciudad pequeña que supo generar y aprovechar sus recursos propios.

Un conjunto de Kansas City ganando el título en Nueva York -y no ante los Yankees, sino ante los Mets- era el sueño del ex comisionado Bud Selig, que se propuso repartir el dinero -ahora los ingresos son de hasta 9 mil millones de dólares- para fomentar la igualdad.

Para ello tuvo que convencer a las franquicias más poderosas. El resultado es que desde que los Yankees ganaron tres Series Mundiales seguidas de 1998 a 2000, ningún equipo ha repetido título de forma consecutiva.

El resto es mérito de los Reales, un equipo que el domingo logró su segunda Serie Mundial. El primer triunfo fue en 1985, cuando Ronald Reagan era el presidente de Estados Unidos y Michael Jordan iba a disputar su segunda temporada en la NBA.

Desde entonces, el equipo estuvo 29 años sin jugar los playoffs. Muchos años de decepciones y tristezas. En una imagen oficial del conjunto se podía leer: «¿Quién quiere realmente una foto de este equipo?».

El año pasado regresó a la postemporada, rompiendo la sequía de 29 años, la peor racha del deporte profesional de Estados Unidos. Sorprendió llegando hasta el Clásico de Otoño, donde perdió ante los Gigantes de San Francisco en el séptimo partido. Un año después regresó y ya no dejó escapar el título.

«No es un gran mercado, así que supongo que por eso nadie habla mucho de nosotros», dijo el primera base Eric Hosmer, vital en el definitivo triunfo del domingo ante los Mets.

Pero ya hace tiempo que se habla de los modestos Reales. El título, pese a ser un equipo pequeño, no sorprende. En 2011 la revista «Sports Illustrated» predijo que sería el campeón en 2015. ¿El motivo? «El increíble sistema de las ligas menores de los Reales».

Del plantel de 25 jugadores, 11 han sido formados en casa y tres estrellas fueron adquiridas a cambio de promesas de Kansas City.

«Muchos de nosotros llevamos mucho tiempo jugando juntos, lo que ayuda. Tenemos mucha confianza unos en otros y eso es lo más importante», dijo Hosmer antes de las Series Mundiales sobre un grupo cuyo núcleo está asegurado hasta 2017.

«He visto crecer a muchos de ellos y es un orgullo que se hayan convertido en grandes jugadores y en grandes personas. Sabía que este grupo sería capaz de lograrlo (el título) en algún momento», dijo el entrenador, Ned Yost, el domingo tras obtener la victoria.

El equipo pagó en salarios en la temporada recién finalizada 113 millones de dólares. Por primera vez en la historia de la franquicia alcanzó las tres cifras y es el triple del gasto de 2011, señal de que los Reales quieren construir un equipo que pelee siempre por estar jugando en octubre. Pese a todo, aún es el décimo séptimo equipo en gasto en una liga de 30.

«Somos como una familia», dijo con su perpetua sonrisa el venezolano Salvador Pérez, el MVP (Jugador Más Valioso) de unas Series Mundiales que coronaron a un equipo pequeño que desde hace años trabaja de forma inteligente.

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