Luis Suarez fue una pieza clave para el FC Barcelona los últimos años. Foto La Hora/Manu Fernandez/AP

Por JOSEPH WILSON, 

BARCELONA,

Agencia AP

A fuerza de goles y sin problemas de conducta, Luis Suárez ha silenciado a todos los que dijeron que Barcelona había perdido la cabeza al contratar a un jugador con sus antecedentes y es una de las principales razones por las que el club azulgrana se mantiene en la cima a pesar de la ausencia de Lionel Messi por lesión.

Barcelona sorprendió al mundo el año pasado al contratar al uruguayo mientras cumplía una dura suspensión de cuatro meses por morder a un rival durante la Copa Mundial de Brasil. Fue su tercera suspensión por ese motivo y se sumó a otra inhabilitación por ofender a un rival con un insulto racial en Inglaterra.

Suárez, no obstante, se ha sometido a una terapia sicológica y está logrando contener sus impulsos, sin perder su olfato goleador.

El uruguayo ayudó a que Barcelona ganase cuatro trofeos y a que se mantuviese a flote pese a no contar con Messi por un largo período.

Suárez festejó el domingo su primer año con el Barsa anotando los tres goles en la victoria 3-1 ante Eibar, que mantuvo a los azulgranas compartiendo el primer lugar de la liga nacional con Real Madrid.

Fueron los goles número 33, 34 y 35 de Suárez en 57 partidos con Barcelona.

Ausente Messi por una rotura de ligamentos, Suárez y Neymar se han cargado al equipo al hombro. Suárez selló la victoria 2-1 ante Bayer Leverkusen en la Liga de Campeones también y es el jugador azulgrana con más goles esta temporada, 10.

«Es imparable», declaró el técnico del Barsa Luis Enrique. «Es un jugador fundamental para nosotros, insustituible».

Suárez parece sentirse como en casa en Barcelona, una ciudad que le gusta y a la que venía con frecuencia a visitar la familia de su esposa. La comunicación con técnicos y compañeros es más fácil en vista de que todos hablan español y se lleva muy bien con sus compañeros de ataque, Messi y Neymar, sin que haya celos entre ellos.

Sabía que no iba a ser el astro del equipo y más de uno se preguntó si un jugador que había encabezado la tabla de goleadores de la Liga Premier con 31 tantos para el Liverpool aceptaría un papel secundario. Suárez, sin embargo, aceptó de buena gana ser ladero de Messi, del mismo modo que lo había hecho antes Neymar, y entre los tres hacen destrozos.

Estuvo a la altura de las circunstancias cuando las papas quemaban, anotando en la victoria 2-1 sobre Real Madrid que ayudó al Barsa a ganar la liga la temporada pasada y aportando también un tanto en el triunfo 3-1 sobre Juventus en la final de la Liga de Campeones.

Suárez, quien admite haber recibido asesoría «profesional» para contener sus malos impulsos, tiene una solución fácil para resolver las situaciones tensas: simplemente se aleja del lugar.

En determinado momento del partido con Eibar, el uruguayo cayó junto a un defensor y cuando parecía que la cosa se complicaría, Suárez le dio la espalda al rival y se fue.

Irónicamente, en vista de que Messi está involucrado en un caso de evasión impositiva y Neymar en un escándalo en torno a su transferencia desde el Santos, Suárez es hoy el único de los tres sin problemas.

El gran interrogante es si podrá seguir controlando sus fantasmas o si en algún momento explotará y volverá a las viejas andadas.

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