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El Gran Premio de Singapur es una de las carreras más exigentes en el calendario de la Fórmula Uno, y este año los corredores tendrán la carga adicional de la contaminación del aire.

Las nubes de humo causadas por los incendios forestales en Indonesia han perjudicado a Singapur en los días previos a la competencia. El índice de contaminación del gobierno oscila entre «insalubre» y «muy insalubre».

Los organizadores confían en que la calidad del aire mejorará para el viernes cuando se llevarán a cabo las prácticas en el circuito Marina Bay, y el director de la Federación Internacional de Automovilismo, Charlie Whiting, consultará con los equipos y los pilotos si hará falta alguna demora.

La preocupación por la calidad del aire constituye un nuevo desafío para los pilotos, que consideran que esta carrera, junto con la de la vecina Malasia, es la de mayor exigencia física en el calendario automovilístico.

El calor y la humedad extremos agravan la dificultad de los pilotos para mantener el ritmo circadiano europeo —durmiendo durante el día— para estar plenamente alerta durante la carrera nocturna. El piso del circuito callejero es desparejo y su secuencia de curvas pronunciadas en ángulo recto no permite respiros mentales y físicos.

Lewis Hamilton, que ganó la carrera el año pasado, buscará su tercera victoria consecutiva después de imponerse en Bélgica e Italia a fin de ampliar su ventaja en el campeonato sobre su compañero Nico Rosberg, de Mercedes.

Singapur fue decisiva en la lucha por el título que libraron ambos el año pasado. Rosberg vio frustrada su carrera por una falla electrónica en el volante y Hamilton sacó una ventaja de puntos que no ha cedido hasta ahora.

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