Por PAT GRAHAM
BEIJING
Agencia/AP

Los potentes atletas keniatas expertos en maratones se marchitaron bajo el calor y la humedad de Beijing, con el actual plusmarquista mundial retirándose de una prueba en la que no lograron terminar cerca del podio – ni incluso entre los 20 mejores- en el inicio del Mundial de Atletismo en la capital china.

No fue un día para recordar para un país con una amplia tradición maratoniana. Todo lo contrario que para el adolescente Ghirmay Ghebreslassie, un eritreo de 19 años que el sábado se convirtió en el hombre más joven en ganar el maratón en un mundial.

Ghebreslassie terminó con un tiempo de 2 horas, 12 minutos y 27 segundos, 40 segundos por delante del etíope Yemane Tsegay. Solomon Mutai, de Uganda, fue tercero y su compañero de equipo Stephen Kiprotich, que defendía corona mundial, cruzó la meta en sexta posición.

Las altas temperaturas parecieron no molestar a Ghebreslassie, para quien «el tiempo era muy agradable». El calor abrasador sin duda pasó factura a los keniatas, cuyo mejor clasificado fue Marcos Korir, que terminó 22º a 8:52 del ganador.

Los atletas keniatas afrontaban la prueba barajando incluso la posibilidad de lograr una barrida. Pero no llegaron ni a rozar esa posibilidad.

«Teníamos muchas esperanzas, por supuesto, en el maratón. Sabemos que nuestros chicos son buenos, pero creo que el clima no les favoreció «, dijo el campeón olímpico en 800 metros David Rudisha, otra de las grandes figuras de Kenia, tras participar en la primera ronda de su especialidad.

Es el segundo mundial consecutivo en que los keniatas no suben al podio. Su mejor puesto hace dos años en Moscú fue noveno. Todo esto en un país que acapara siete medallas en esta prueba, cuatro de ellas oros.

Durante toda la carrera, la calidad del aire fue catalogada de «buena» por el monitor que mide la calidad del aire de la Embajada de Estados Unidos. Gran parte de las preocupaciones sobre la maratón se centraban en los niveles de polución. Hubo 25 abandonos y uno de los atletas inscritos no tomó la salida.

Tras entrar en el estadio para el final de la prueba Ghebreslassie y docenas de corredores más se mostraron confundidos por la línea de meta. Normalmente, los maratonianos suelen dar una vuelta al estadio antes de terminar la prueba, pero en esta ocasión terminaba tras recorrer solo 100 metros sobre la pista.

«No sabía cuál era la línea de meta», dijo Ghebreslassie. «No estaba seguro».

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