Barcelona
Agencia dpa
Una vez más, Gerard Piqué se encuentra en el ojo del huracán. Su expulsión ante el Athletic de Bilbao no sólo sentenció la derrota del Barcelona en la final de la Supercopa de España, sino que también podría derivar en una sanción de varios partidos por su insulto a un árbitro.
Pocos deportistas hay más notorios que Piqué, un jugador más que expuesto en las redes sociales. Para sus seguidores, es un valiente. Para sus detractores, un foco de conflictos.
El nuevo episodio de Piqué ocurrió en la noche del lunes, cuando fue expulsado en la segunda parte de la final de la Supercopa entre Barcelona y el Athletic. La tarjeta roja finiquitó prematuramente el duelo y guillotinó las posibilidades de remontada del conjunto azulgrana en un trofeo que se llevó el conjunto vasco contra todo pronóstico.
Según reflejó el acta arbitral, Piqué insultó gravemente a un linier. «En el minuto 55, el jugador fue expulsado por el siguiente motivo: gritar a un árbitro asistente: Me cago en tu puta madre», escribió el colegiado Velasco Carballo.
Ahora corresponde a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) determinar cuál será la sanción. Si la acción es considerada leve, podría recibir hasta un máximo de cuatro encuentros de suspensión, si el comité considera que los insultos forman parte de un hecho grave, el central del Barcelona podría recibir una suspensión de hasta 12 partidos.